Los bares, cafeterías y restaurantes están obligados desde este pasado domingo a ofrecer a aquellos clientes que lo soliciten agua del grifo sin coste alguno. Así lo fija la nueva ley de Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que busca reducir los desechos generados, especialmente el plástico, para fomentar el reciclaje y el consumo sin envases.
Dentro de los planes para mejorar nuestra huella sobre el planeta, la normativa se dirige directamente hacia los envases de plástico, en los que habitualmente se vende el agua mineral, aún cuando existe agua potable del grifo como alternativa. Así, la nueva norma explica que “en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”. Esta medida es muy popular ya en otros países de Europa.
La norma se acomoda así a lo fijado por la Directiva europea relativa a la calidad de aguas, que ya obligaba a los Estados miembros a “promover el uso del agua del grifo, por ejemplo, fomentando el suministro gratuito de agua destinada al consumo humano en las administraciones y edificios públicos o, gratuitamente o por una tasa de servicio reducida, para los clientes de restaurantes, comedores y servicios de suministro de comidas”.
De hecho, con la ley española, las administraciones públicas también deberán fomentar el consumo de agua potable mediante fuentes.
Consumo a granel en 2023
Otra de las medidas estrellas será la de eliminar progresivamente los envases de productos de los supermercados en aquellos en los que no sea estrictamente necesario. Así, a partir del 1 de enero de 2023, los comercios minoristas de alimentación cuya superficie sea igual o mayor a 400 metros cuadrados destinarán al menos el 20% de su área de ventas a la oferta de productos presentados sin embalaje primario, incluida la venta a granel o mediante envases reutilizables.
Todos los establecimientos de alimentación que vendan productos frescos y bebidas, así como alimentos cocinados, deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables (bolsas, táperes, botellas, entre otros) adecuados para la naturaleza del producto y debidamente higienizados, siendo los consumidores los responsables de su acondicionamiento.
A 2023 también tendrá que esperar uno de los impuestos de nueva creación. El Gobierno establece el pago de 0,45 euros por kilogramo para envases no reutilizables que contengan plástico, a excepción de pinturas, tintas, lacas o adhesivos, entre otros.