El Entroido de Verán de Redondela es una de las grandes fiestas del verano. Ya no hay duda. La villa de los viaductos se queda pequeña. Se abarrota. Ese éxito recibió críticas en las últimas ediciones por la importante proliferación del botellón. Este año, el nuevo gobierno local, que forman PSOE y AER, diseñó una programación diseminada por diferentes puntos del municipio y con protagonismo para el público familiar. El resultado fue positivo. "Ha habido una buena aceptación y se ve que todo el mundo disfrutar a todas las edades", declaraba la alcaldesa Digna Rivas.
El casco urbano de Redondela se convertía en una reunión generacional. En cada espacio había música y diversión diseñada para cada tipo de público. El denominador común, la diversión y las ganas de fiesta. A lo largo de la jornada, las familias disfrutaban de espectáculos infantiles como A Gramola Gominola o Uxía Lambona e a Banda Molona. Uno de los espacios más animosos era el punto LGTBI, con una carroza "con presencia" de Santi Abascal y con mucha música para bailar hasta hasta la madrugada.
El botellón también estuvo presente en esta nueva edición del Entroido de Verán de Redondela. El Concello ya reconoció que su presencia depende del público. Su objetivo era presentar una programación que no lo fomentara. No obstante, pasadas las 20:00 horas, Digna Rivas afirmaba que no se había registrado ninguna incidencia. En su valoración, la regidora redondelana resaltaba que el público familiar "aumentó muchísimo".
La fiesta siguió hasta más allá de la medianoche. El Entroido de Verán de Redondela celebraba su edición más transversal. Tan diversa como los disfraces que aportaron colorido al casco urbano del municipio pontevedrés. Vestidos de andaluces, los integrantes de la banda de La Casa de Papel, punkis o troyanos abrazaron y se aferraron a una de las fiestas más esperadas del verano. No importa la edad. La clave es la alegría y el cachondeo. Ya lo saben. "Hay que gozar, que la vida es un carnaval".