No es sencillo definir al SinSal. En realidad nunca lo fue. Desde la superficie, se trata de un festival de música, un evento que además cuenta con un cartel secreto. El enigma despierta interés. Invita a bucear en los entresijos de una de las citas más atractivas del año en Galicia que, como elemento añadido, se celebra en un lugar con la belleza y la historia de San Simón.
El festival está totalmente consolidado. Su público habla de "experiencia SinSal", un calificativo que le otorga otro rasgo misterioso. ¿Qué aporta este evento que cada año agota las entradas en apenas horas? En Metropolitano.gal no quisimos centrarnos solo en la música o en esa particularidad del cartel secreto. Apostamos por probar esa "experiencia SinSal", una experiencia que convierte al evento en un festival modélico. Estas son nuestras conclusiones.
1 - Travesía por la ría de Vigo
La "experiencia SinSal" arranca en el momento en el que el festivalero se sube al barco que le llevará a San Simón. La ría de Vigo se convierte en la telonera del festival. El público, sobre todo los extranjeros, quedan prendados de un viaje en el que se pueden ver lugares característicos de Vigo y su área como el Monte de A Guía o el Puente de Rande. El trayecto entre bateas añade un elemento atractivo para esta ruta que concluye con el atraque en otra joya de Galicia, San Simón.
2 - Feminismo
El SinSal es un festival modélico en muchos detalles. No se trata solo de disfrutar, sino de hacer gala de valores como la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. El evento cerró una edición con un cartel musical paritario.
3 - Medio ambiente
El compromiso del festival que se celebra en San Simón con el medio ambiente no es nuevo. No obstante, el SinSal le ha declarado la guerra al plástico. Sus acciones durante los cuatro días que duró el evento han permitido concienciar a los festivaleros de la importancia de reciclar. Medidas como la instalación de ceniceros portátiles o la reutilización de vasos de otras ediciones fueron muy acertadas. La celebración de la cita en un espacio como San Simón también ayuda a sensibilizar sobre la importancia de cuidar y mimar la naturaleza y el entorno en el que vivimos.
4 - SinSal, un festival familiar
Los festivales tienen como uno de sus grandes objetivos llegar al público familiar. La vida evoluciona. Muchos festivaleros son padres. Por ello, es clave contar con una programación que se adapte a pequeños y mayores. El SinSal, en este aspecto, también ha conquistado a padres y madres con una amplia oferta de actividades y talleres para niños y niñas. De hecho, el domingo, último día del festival, San Simón reunió a más de un centenar de pequeños que "degustaron" esa "experiencia SinSal.
5 - Puesta en valor de San Simón
La simbiosis entre el SinSal y San Simón es total. El codirector del festival, Julio Gómez, ya declaraba en la rueda de prensa de presentación del evento que la isla tiene una importancia en Galicia similar a otros espacios como Cíes, la Catedral de Santiago o la Muralla de Lugo. Él mismo es el encargado de dirigir una andaina que forma parte de la programación del festival y que permite conocer la historia de una isla que inspiró a los trovadores en la Edad Media, que fue clave en la Batalla de Rande o que sufrió los horrores de la dictadura franquista.
6 - Descubrimiento musical
El cartel secreto del SinSal es el rasgo característico más popular del festival. Sin embargo, uno de los grandes aciertos del evento es que en cada una de sus ediciones permite al público disfrutar y conocer a talentos emergentes de la música local e internacional. En esta ocasión, los festivaleros pudieron asistir al talento de Marem Ladson, Nakhane, La Dame Blanche o los omnipresentes Esteban y Manuel.
7 - Gastronomía
El SinSal también ha cuidado el detalle sobre qué comer. Es cierto que hay hamburguesas o pizzas, pero el público tenía la posibilidad de apostar por comida saludable mientras que veganos y vegetarianos también podían encontrar sin problemas algo para ir reponiendo fuerzas en la zona gastro. Otro detalle interesante es que, en la recta final del festival, se repartían de forma gratuita porciones de sandía y melón.