Ourense será la ciudad gallega escogida por la Xunta para impulsar la creación de los primeros refugios climáticos de toda Galicia, entendidos como espacios con una relativa estabilidad climática y condiciones ambientales favorables que los convierten en lugares idóneos para combatir las altas temperaturas y ofrecer protección a la población.
La decisión se plasmará antes de que finalice el año en la firma de un convenio entre la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático y el Concello de Ourense, un acuerdo de colaboración que fue autorizado en el pasado Consello de la Xunta.
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Se trata de una experiencia inédita en Galicia y que se basará en la plantación de árboles, principalmente autóctonos, y en la aplicación de otras soluciones basadas en la naturaleza (como jardines verticales o elementos de agua) para combatir los efectos del calentamiento global en esta ciudad. Ha sido precisamente escogida por ser la que soporta las temperaturas más extremas de la comunidad y que se caracteriza, además, por tener un clima muy extremo, con inviernos fríos y veranos muy cálidos durante los que la media de las temperaturas máximas supera los 30 grados tanto en julio como en agosto.
Con una inversión total de 450.000 euros, cabe destacar que el proyecto piloto que se llevará a cabo en Ourense está enmarcado en el Plan gallego de refugios climáticos y permitirá darle continuidad y aplicación práctica al convenio firmado a mediados del pasado mes de junio entre la Universidad de Vigo, el Concello de Ourense y la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático.
El principal objetivo de este primero convenio fue a abordar el diseño, el montaje y la prueba de un dispositivo capaz de elaborar un mapa detallado con la localización de las islas de calor existentes en los concellos—es decir, zonas con una elevada acumulación de radiación en el asfalto y en el hormigón— con el fin de definir y ejecutar, a continuación, una experiencia piloto a nivel local.
Ahora, cuando los trabajos por parte de los investigadores de la Universidad de Vigo para desarrollar el mapa de islas de calor a nivel municipal ya están muy avanzados, la Xunta da un paso más para garantizar que antes de que finalice el año se pueda empezar a trabajar en el diseño y en la ejecución de los primeros refugios climáticos en la ciudad de Ourense.
De hecho, la previsión es que esta segunda fase del proyecto pueda empezar a desarrollarse la finales de 2025, con un análisis preliminar del diseño de las medidas que se van a ejecutar en Ourense y el compromiso de tener finalizados los trabajos para la creación de los refugios climáticos en la ciudad antes de que finalice 2026.
Un corredor verde lineal como refugio climático
Por el momento y teniendo en cuenta la propuesta hecha por el Concello de Ourense y avalada por la UVigo, las actuaciones proyectadas se realizarán en la avenida Otero Pedrayo, eje principal de comunicación viaria en el sector oriental de la urbe. Esta zona carece en la actualidad de arbolada de sombra consolidada, lo que genera la exposición directa a la radiación solar a lo largo del día, especialmente en fachadas con orientación sur y sureste.
Las actuaciones propuestas consisten en articular un corredor verde lineal entre las rotondas norte y sur de la citada avenida, lo que permitirá reducir la temperatura superficial local alrededor de los 3 ºC.
Para valorar la importancia de esta iniciativa, hace falta recordar que la existencia de refugios climáticos y la apuesta por los espacios verdes es vital para contar con lugares frescos y zonas de sombra para acoger la población más vulnerable. De hecho, el diseño de los refugios climáticos precisa de un enfoque integral que tenga en cuenta a adaptación de los ecosistemas al calentamiento global y la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía con la habilitación de espacios verdes frescos, saludables y funcionales.
Estos espacios verdes de nueva creación, además de contribuir a hacer frente a las olas de calor cada vez más frecuentes a nivel global, se convertirán también en un elemento clave para velar por la biodiversidad del entorno, al asegurar la conservación de las especies autóctonas y la continuidad de los procesos ecológicos.
Información compartida y reproducible.
Los resultados obtenidos con el desarrollo del proyecto piloto de Ourense se pondrán a la disposición de los concellos de más de 20.000 habitantes con el fin de que puedan evaluarlos y les sirva de guía para que puedan reproducir el modelo o hacer algo semejante adaptado a su territorio en caso de que lo consideren oportuno. Este trabajo complementará, además, el realizado por la Universidad de Vigo para el desarrollo de una metodología propia para elaborar mapas de calor y localizar refugios climáticos.
De este modo, ambas herramientas les facilitarán a las administraciones locales gallegas el diseño de proyectos de fomento de las infraestructuras verdes y soluciones naturales en espacios urbanos y periurbanos para hacer frente a los efectos del cambio climático, iniciativas con las cuales, además, podrán optar a ayudas económicas por parte de la Xunta.
Así, en el marco de la primera convocatoria de estas subvenciones, este año se otorgaron 42 aportaciones a 35 concellos por un importe total de 2 millones de euros. Además, con el objetivo de convertir los concellos en lugares más verdes, adaptados al cambio climático y con una mejor calidad de vida, la Consellería también trabaja en otras dos líneas de actuación.