Graderío al mar o tumbonas, los vigueses ya disfrutan del nuevo paseo de Bouzas

Cientos de vigueses ya disfrutan del nuevo paseo de Bouzas, al que le quedan todavía unos retoques

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Vigo afronta un fin de semana curioso. Uno de sus espacios más icónicos, el barrio de Bouzas, viaja en el tiempo a 1809 con la Brincadeira, pero el futuro más inmediato se abre paso en la villa marinera con el estreno del tan esperado y demandado nuevo paseo. El Concello ha cumplido su promesa de retirar las vallas coincidiendo con los festejos de la fiesta de época, pero la actuación todavía no está finalizada al completo debido al problema que hay con la llegada de más maderas, lo que ha provocado que los operarios tuvieran que cubrir la parte que estaba incompleta con elementos provisionales. De este modo, las personas que hayan acudido a la zona del litoral han podido comprobar cómo convive la madera de la obra con una de un tono más claro, que luego será sustituido por la de tono marrón del resto de la senda.

Pese a que la obra no está totalmente completa, la remodelación del paseo de Bouzas ya luce algunas de sus mejoras más significativas. Una de ellas es el graderío hacia el mar, donde decenas y decenas de vigueses y visitantes aprovecharon la jornada de este sábado para comer su Brincadeira y tomarse algo en compañía de familiares y amigos. El espacio permitió a muchos de ellos bajar a primera hora de la tarde hasta la arena al estar la marea baja. Hay que recordar que cuando la marea esté alta cubrirá los dos primeros escalones de este graderío que, en palabras de Abel Caballero, imita "las playas fluviales del Sena".

Otra de las particularidades del nuevo paseo de Bouzas reside en su mobiliario, que además de los tradicionales bancos posee una especie de tumbonas para que los transeúntes puedan relajarse a escasos metros del mar mientras toman el sol.

La obra que se está realizando en Bouzas supone una intervención en una superficie próxima a los 8.000 metros cuadrados, en un tramo de medio kilómetro que va desde la iglesia de Bouzas hasta el puente de la VG-20. En la parte inicial destaca el paseo de madera, que se combina con granito y espacios verdes, además de incluir pérgolas de sombra similares a las ya instaladas en la remodelación de la Ronda de Don Bosco.

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