La vegetación será también protagonista en la imagen de una de las principales y más emblemáticas avenidas de Vigo. Tras la polémica suscitada por la sustitución y tala de buena parte del arbolado presente, medida que el Concello defendió por su “estado inadmisible” y el consecuente peligro, el gobierno municipal habría tomado nota no solo para crear espacios con vegetación prominente, sino también en la que la misma sea un icono en sí mismo.
Del antiguo arbolado nada queda en el tramo de actuación en el que se instalarán las nuevas cintas mecánicas que pretenden salvar la fuerte pendiente de la avenida. El Concello taló castaños y tilos y trasplantó naranjos y camelios -ahora en Castrelos-. El informe técnico explicaba que estos ejemplares, plantados hace 50 años, crearon problemas en el entorno por ser demasiado grandes. Un “error de elección”, se asegura en el proyecto, para explicar que debido a las continuas podas -solicitadas por los vecinos de los edificios próximos- se crearon “vías de entrada a hongos” a la vez que se potenciaron “copas artificiales” que derivó en “árboles potencialmente peligrosos”. Una vez eliminados, con una notable queja vecinal, el Concello se encontró con vía libre para reformular los espacios vegetales que, ahora, tendrán en cuenta los elementos externos.
La nueva vegetación de la Gran Vía seguirá por tanto los criterios de disminución del riesgo, optimización del mantenimiento con menos podas y creación de un “entorno más natural mediante vegetación exuberante”. El bulevar central contará con una pared vegetal que atenúe los inconvenientes del ruido y la contaminación del tráfico rodado. De esta forma, se pasará de los 503 metros cuadrados de zonas verdes presentes antes de la humanización a los 835 cuando se finalice la reforma.
En las aceras, la nueva Gran Vía cambiará de color, del verde al amarillo, según pasen las épocas del año gracias a la especie caducifolia elegida. Estos árboles que crecerán de forma estrecha y alargada, evitando el conflicto con los vecinos de los primeros pisos. Sin embargo, no estarán a lo largo de toda la reforma. En las aceras de El Corte Inglés el Concello ha optado, curiosamente, por otro tipo de arbolado de “poco desarrollo” y otras “características ornamentales”.
Pero uno de los grandes cambios llegará con la “barrera vegetal” que se creará en el bulevar central. De esta forma, se busca fomentar un espacio de vegetación que “oculte la visión de los vehículos” mientras que la cubierta metálica de las escaleras se mimetizará con la vegetación proyectada.
Helechos arbóreos, fatsias y vegetación baja -unas 78 especies- compondrán el paisaje vegetal junto a las pasarelas para crear un aislante natural del ruido y, a la vez, “producir un efecto refrescante” durante el calor estival.
Jardín vertical
Junto a la vegetación que se instalará a lo largo del tramo central, el proyecto incluye la creación de un jardín vertical de 19 metros de largo y dos de alto que se convertirá en un tapiz de arbustos y flores.
Situado frente a la calle Guatemala, incluirá media docena de plantas con flores de colores morados y rosas como la consuelda media (con flores moradas agrupadas en racimos), la clavelina de mar o la hortensia de invierno, además de helechos, higuera trepadora o cuerno de alce.