El Concello de Bueu y la Asociación de Empresas Hostaleiras de la villa homenajearon este sábado a Amelia González, de Casa Solla, en el marco de las III Xornadas Gastronómicas En Feminino Bueu. El acto tuvo lugar a partir de las 12:30 horas en un salón de plenos llena de personas y de mucha emoción, y en él la homenajeada compartió anécdotas, además de recibir por parte del Concello una figura de Rosalía de Castro de Sargadelos.
Silvia Carballo, concelleira de promoción económica e turismo, comenzó la jornada destacando que “las mujeres son y fueron relevantes en todos los campos, sobre todo en los que menos se mira, y tenemos que visibilizarlas”. A continuación intervino Antonio Rosales, desde la asociación, quien destacó que “lo más importante de nuestras mujeres es que llevaron el peso de la casa y del trabajo fuera” y “Amelia es un ejemplo de los tantos que hay, mujeres que renunciaron a ese protagonismo que ya es hora de devolverles”.
A continuación, María José Bastón hizo una semblanza de Doña Amelia, a la que definió como “una mujer menuda, de conversación fácil y envuelta de ternura” además de ser “una mujer que caminó por la vida de puntas, sin hacer ruido y no aparecer en las entrevistas”. Así, fue gracias a esta fuerza de la homenajeada que el restaurante Casa Solla evolucionó desde aquel primer merendeiro hasta lo que llegó a ser. “Ella dio siempre el mejor de sí, trabajando mano a mano con las cocineras y siempre buscando llegar a más, ofreciendo ideas innovadoras con el toque de la casa que siempre la caracterizó”, aseguró.
Casa Solla, un Estrella Michelin con mucho futuro
Amelia González fundó junto a José Solla la Casa Solla en el 1961, y en él estuvo hasta que se jubiló. En el acto de hoy agradeció a todo el pueblo de Bueu que se acordara de ella, porque “para mí es un orgullo y nunca pensé que tanto lo había merecido”. En una conversación con el público, Doña Amelia recordó como en aquellos primeros años atendía ella sola la casa, los hijos y la cocina del negocio, y siempre “con el apoyo de las mujeres cocineras que tenía a mi lado y de las que tanto aprendí”, reconocía emocionada.
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A finales de los años 80 se incorporó Pepe Solla, uno de sus hijos, que es lo que desde el año 2003 sigue el camino en solitario, con el respeto a la historia tanto de sus padres como de Galicia. Precisamente fue Amelia González la que consiguió con su marido la Estrella Michelin que hoy el restaurante conserva.