Causas e interrogantes del domingo negro en Galicia: esto es lo que sabemos

Un voluntario en los incendios de octubre de 2017 // Fabio Alonso

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Cuatro personas fallecidas, miles de hectáreas arrasadas y cientos de personas desalojadas de sus viviendas. Esta es, por ahora, la factura de una de las tragedias medioambientales y sociales más graves de los últimos años en Galicia. Sin embargo, ahora que la situación comienza a estar bajo control después del "infierno" del pasado domingo, nos preguntamos por qué ha sucedido, cuáles son las teorías o si pudo haberse evitado.

Las dos teorías del domingo negro de Galicia

1. Trama organizada de incendiarios 

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, viene insistiendo desde la tarde del domingo en los "ataques organizados". Núñez Feijóo ha recalcado esta mañana que “Galicia está harta de que se relativice la actividad incendiaria cuando estamos hablando de terrorismo”. Esta es por tanto la principal teoría del Gobierno de Galicia. Fue la misma hipótesis del gobierno bipartito en 2006. Entonces ardieron más de 100.000 hectáreas y el Ejecutivo de Touriño insistía en la “excepcionalidad” mientras apuntaba a una presunta organización delictiva. El por entonces líder de la oposición, Núñez Feijóo, culpabilizó a la Xunta y al método de selección de brigadistas y llegó a asegurar que "con nosotros no moría gente en los incendios”.

Pero, ¿existe una organización criminal perfecta y aislada para prender más de 100 focos en una noche? ¿Son “lobos solitarios? ¿Es posible que exista esta trama organizada desde Portugal hasta Asturias? ¿Por qué lo harían? Y, si el gobierno autonómico conoce esta situación, ¿por qué no puso más medios en una jornada crítica como la del domingo?

En 40 años de existencia no ha habido una sola trama incendiaria y estas afirmaciones se las deberíamos dejar a policías y jueces”. Son palabras del presidente de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Fernández de Ana Magán, quien apunta más bien al problema de “rentabilidad económica” de los montes gallegos. Mayor abandono igual a más zonas de matorral y mayor riesgo de incendio.

Tampoco se decantan por una trama organizada desde el Colexio Oficial de Enxeñeiros Técnicos Forestais de Galicia. “Yo no hablaría de tramas, la realidad lo desmiente, pero sí de la intencionalidad. Es muy clara”, apunta su decano, Santiago García. “En Galicia, el 94% de los incendios tienen origen de una actividad humana (son accidentes, son negligencias, etc-) y el 80% son intencionados”, asegura. Es por ello que García señala directamente a los “criminales” que por unas razones u otras (problemas con vecinos, conflictos de lindes, etc.) deciden prender el fuego y lo hacen “cuando saben que más daño hará”. El decano del Colegio de Ingenieros Forestales considera que hay una “impunidad casi total” con los incendiarios y que el pueblo gallego debe recapacitar y “tomar conciencia del problema que existe” y añade que “no se puede disculpar, no se puede tener complacencia y sobre todo no se puede olvidar y se debe buscar una solución”.

Es más contundente Adela Figueroa, de la asociación ecologista ADEGA. “É un disparate falar de tramas organizadas, os verdadeiros incendiarios están en Medio Rural que non fan cumprir as normas”, asegura.

 

2. El factor climático

En estas situaciones, los expertos recurren a la “Regla del 30”. Es decir, temperatura superior a 30ºC, vientos de más de 30 km/h y humedad relativa inferior al 30%. Los tres factores se cumplieron en Galicia el pasado domingo y, de hecho, la comunidad viene sufriendo una de las peores sequías en un mes de octubre.

Ante esta situación de cambio climático y con la amenaza de los fuertes vientos que dejaba el huracán “Ophelia” se producía el escenario perfecto para una catástrofe medioambiental.

“En una situación fuera de lo normal como la actual, el fuego se vuelve incontrolable y de un incendio aparecen rápidamente 10 o 15 focos”, apunta el decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales de Galicia.

La situación climatológica jugó, por tanto, un papel determinante en los fuegos del domingo negro en Galicia. Por más que los equipos de extinción se afanaran en apagar los focos, estos se multiplicaban. “Un infierno incontrolable”, en palabras de los vecinos que ayudaron en las tareas. Estos factores explican, por tanto, la gran cantidad de incendios derivados de la rápida expansión y contagio entre montes aledaños. El viento fue el cauce de las llamas para arrasar miles de hectáreas.

 

Los agravantes

1. La situación de abandono del monte

Asociaciones forestales, ingenieros y ecologistas coinciden en que este es un factor que no se puede obviar. “El abandono lo hace más favorable. Ese es un factor objetivo. Si está cuidado el bosque será más resistente”, apunta el decano de ingenieros forestales de Galicia. “El monte va a arder igualmente, pero con menor intensidad de fuego y será más sencillo de extinguir”, sentencia.

2. Las plantaciones de eucaliptos y el monocultivo

Es el punto más conflictivo. Aquí se juntan intereses económicos con ecologistas y políticos. Desde ADEGA lo tienen muy claro. “Los eucaliptos son bombas incendiarias, prenden con gran facilidad y al arder expulsan unas cáscaras que explotan como bombas y extienden el fuego rápidamente”, defiende Adela Figueroa. No coincide con esta tesis el presidente de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Fernández de Ana Magán, quien apunta a que “en California no hay un solo eucalipto y el monte arde cada año” a la vez que señala que “no tiene nada que ver con las especies forestales”. Según Fernández, el monte “arde debido a negligencias”, al abandono y a la suma de una serie factores climatológicos que llevan a una situación “explosiva”.

Sin embargo, desde ADEGA insisten en la falta de ordenación territorial con grandes plantaciones de esta especie invasora en las que se incumple la normativa. “Existen plantaciones sin cortafuegos, que no guardan las distancias obligatorias con zonas habitadas y viales de comunicación… y los agentes forestales miran hacia otro lado”, explica Figueroa y añade que aunque “sabemos que non todo poden ser carballeiras, pero está demostrado que onde hai carballos, estes non deixan pasar o lume”, defiende.

3. La reducción del número de brigadistas

Hace cuatro días, el presidente de la Xunta de Galicia afirmó que el despido de 436 brigadistas al finalizar la temporada de verano no afectaría a la lucha contra el fuego. La CIG avisaba entonces que “la falta de efectivos podría provocar una desgracia” y censuraba la decisión de la empresa pública Seaga de no prorrogar los contratos a pesar del alto riesgo de incendio con motivo de la situación climatológica.

Los interrogantes

1. Los múltiples focos simultáneos en la ciudad olívica

El factor que más desconcertó a buena parte de la prensa y de los vecinos fue la cercanía de los fuegos a la urbe gallega. Vigo se vio no solo rodeada de fuego, sino que también múltiples focos se produjeron en zonas muy céntricas de la ciudad, desde Plaza de España hasta Fragoso, Navia, O Castro o Avenida de Europa.

La situación obligó a desalojar a 200 personas, a evacuar la fábrica de PSA y a cerrar un centro comercial. El desconcierto se apoderó entonces de los vecinos que, desesperados, apagaban los focos como podían. En las redes sociales se empezó a hablar entonces de incendiarios en motocicletas y, de hecho, la Policía Local llegó a identificar a una pareja, pero por ahora no se ha confirmado ninguna detención.

Por ahora, todos los expertos consultados por Metropolitano.gal coinciden en un punto básico: la necesidad de abordar un problema de gran calado que resquebraja la sociedad gallega y hacerlo con valentía.

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Fotografía de portada de Fabio Alonso.

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