La Guardia Civil ha tomado manifestación, en calidad de investigado, a un hombre de 76 años por un delito de maltrato animal cometido en el municipio de Moaña. Tenía una perra en unas deplorables condiciones higiénicas y sanitarias que tuvo que ser rescatada y operada urgentemente de dos hernias inguinales. Las investigaciones realizadas por la Patrulla del SEPRONA de la Guardia Civil de Cangas se iniciaron cuando tienen noticia de que un vecino de Moaña tenía en los exteriores de su casa un perro atado con una cadena a un bidón metálico, rodeado de excrementos y comida en mal estado.
Una vez localizado el propietario del animal y su residencia se pudo comprobar que se trataba de una perra que, en efecto, estaba atada permanentemente a un bidón metálico, con una cadena de hierro que le causaba lesiones en el cuello. El animal presentaba una severa infestación en su pelaje y además estaba rodeado de sus propios excrementos y de restos de comida en descomposición y de huesos.
Cuando la Patrulla del SEPRONA se acercó a la perra para proceder a la lectura del chip de identificación, comprobó que tenía un abultamiento de considerables dimensiones en el vientre que a juicio de los miembros de la Protectora de O Morrazo podría requerir una intervención quirúrgica urgente. Con el consentimiento de su propietario, la Protectora se hizo cargo de la perra y la puso a disposición de una clínica veterinaria que certificó que el animal presentaba dos hernias inguinales de gran tamaño, de las que fue intervenida quirúrgicamente. Según el informe, una de las hernias alojaba la vejiga urinaria y útero, lo que dificultaba la micción normal, poniendo en riesgo la vida del animal.
La gravedad del diagnóstico clínico sobre el estado en el que se encontraba la perra dio lugar a que su propietario fuese notificado como investigado por un supuesto delito de maltrato animal. Las diligencias instruidas se entregaron en el Juzgado de Instrucción de guardia de Cangas.