Juan Pardo y The Cure, bromas y gestión sin "tutelas ni tutía": así eligió el PPdeG al "triatleta" Rueda

@AlfonsoRuedaGal

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El desenlace previsible en Galicia desde que hace tres meses estalló la guerra en el PP que se llevó por delante a Pablo Casado se ha ratificado este domingo con el cierre definitivo de la sucesión de Alberto Núñez Feijóo en el partido con la proclamación de Alfonso Rueda como líder autonómico. Una semana antes, se había zanjado el relevo institucional al tomar posesión como presidente de la Xunta.

Los sentimientos encontrados han marcado, un evento orgánico más, el ambiente de una cita llamada a encumbrar a Rueda tras 16 años a la sombra de Feijóo; un "triatleta" --le definió el de Os Peares-- que inició su gran día, en el que acabó proclamado líder del PPdeG con un apoyo del 97,2%, saliendo a correr en Pontevedra con algunos de los dirigentes de la plana mayor del PP: Cuca Gamarra y Elías Bendodo.

El propio Feijóo confesó compartir sentimientos encontrados en una cita de importante carga "simbólica" y "afectiva" para él, en la que se le vio emocionado, pero afirmó que prefería hablar "de futuro" en vez de regodearse en la "nostalgia". Y en el plenario, la situación era similar, alegría y confianza, pero también los interrogantes lógicos de cada vez que se abre una nueva etapa.

El ingrediente definitivo es que Feijóo, como más de uno ha comentado entre bromas, "se ha ido, pero solo al piso de arriba". Tras 16 años al frente del partido en Galicia después de suceder a Manuel Fraga en 2006, su sombra parece seguir planeando y las bases y cargos intermedios parecen esperar a ver cómo empieza su eterno número dos a volar solo.

Para disipar dudas, emulando a Fraga precisamente, Feijóo fue el primero en lanzar uno de los mensajes más contundentes de este 18º Congreso que, con carácter extraordinario, se ha celebrado en Pontevedra: no habrá "ni tutelas ni tutía". Rueda le ha secundado y ha dicho que ya no las hubo ni en los últimos meses, pero que no renunciará a pedirle "consejo" cuando lo necesite.

Alfonso Rueda en ningún momento ha evidenciado su deseo de 'romper' con Feijóo, más bien al contrario. Lo volvió a evidenciar al mantener una estructura para la cúpula del partido prácticamente idéntica a la de su antecesor y bastantes nombres. Pero también quiere empezar a imprimir su propia concepción de la política, su "estilo Rueda": a diferencia de la etapa anterior, los conselleiros se centrarán en el Gobierno.

Los otros mensajes fuerza del cónclave se han resumido en ensalzar la "generosidad" de los líderes provinciales del partido que, uno a uno, pese a no tener una concepción idéntica de cuál debía ser el camino inicialmente, han ido respaldando a Rueda. Hubo movimientos asociados y el coruñés Diego Calvo, el último en hacer público ese apoyo, entró en el Gobierno como vicepresidente segundo.

Y también coincidencia en cuáles son las metas y las primeras pruebas para la nueva dirección: las elecciones municipales del año próximo, los comicios generales cuando los convoque Pedro Sánchez y la cita autonómica de 2024 --para la que Rueda ya es candidato popular desde este domingo, conforme determinan los estatutos de la formación--.

El "estilo Rueda"

Pero más allá del mensaje, Rueda también ha evidenciado que tiene su propio estilo en la forma, con un tono más distendido en el discurso, más plagado de anécdotas personales y de bromas que el de su antecesor. "Vaya carita que tenéis algunos. Agradezco que siguieseis nuestros consejos y los de Rafa Domínguez", ha dicho, en alusión a las bondades de la noche pontevedresa.

El dirigente popular ha bromeado con que su ciudad natal acogió "con los brazos abiertos" a los cientos de compromisarios citados en el 18º Congreso del PPdeG --había convocados unos 1.500--. Pero él madrugó y ni este domingo renunció a salir a practicar 'running', uno de sus deportes favoritos, además del ciclismo, con parte de la plana mayor de Génova.

"La que estaba más en forma sin duda era Cuca (Gamarra)", confesó Rueda también durante su intervención, en la que aludió a la 'carrera del pulpo' motivada por un 'rifirrafe' que había tenido el día anterior con el coordinador general del PP, Elías Bendodo, quien dijo que el pulpo que se pesca en Andalucía acaba siendo servido en Galicia.

Rueda respondió a semejante 'afrenta' retando a Bendodo a salir a correr juntos a las siete de la mañana. Y este domingo antes de arrancar el cónclave subió las fotos que demostraban que hubo 'running' mañanero.

"Aquí tenemos un pulpo magnífico... ¿Qué no nos llega? Que nos traigan un poco de Andalucía. No pasa absolutamente nada. A cambio, Elías, tengo que decirte q todas las centollas que comas en Málaga van a ser gallegas", ha incidido Rueda durante su discurso.

"Aire Xacobeo"

Satisfecho con un congreso "muy cálido" y que tiene como lema 'Galicia, el Camino a seguir', Rueda, que ha retenido en la Presidencia de la Xunta las competencias de Turismo, ha dado las gracias a quienes tuvieron "la originalidad de dar ese aire Xacobeo" al cónclave.

En la escenografía del 18º Congreso del PPdeG, siguiendo la estela de Feijóo en este caso y el proceso de tratar de identificarse con Galicia, han tenido bastante menos protagonismo las siglas del partido que las referencias al Camino y al Xacobeo.

No en vano, la propia entrada al plenario representaba un camino iluminado con peregrinos y hubo periodistas que bromearon sobre si era un evento del partido o de la Xunta porque había elementos muy similares a cualquier acto convocado con temática Xacobea.

Banda sonora ecléctica

Lo que sí se mantiene en esta nueva etapa del PPdeG es la tradición de acompañar sus cónclaves con una banda sonora ecléctica y en este congreso hubo música para todos los gustos: del 'Xuntos' de Juan Pardo y Pimpinela antes de que arrancase el sábado al 'Friday I'm in love' de The Cure previo a las intervenciones 'estelares'.

Aunque el mayor revuelo en un congreso sin demasiada expectación, como procede con una sola lista, se produjo el sábado, cuando no fueron pocos los fotógrafos que tuvieron que abandonar el recinto y desplazarse al Pabellón municipal, situado justo enfrente, dónde el rey emérito recaló por sorpresa para ver jugar un partido de balonmano de su nieto Pablo Urdangarin.

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