"La justicia climática tiene que ser ecofeminista". Esto es lo que reivindica el movimiento juvenil Juventud por el Clima que este viernes 3 de marzo saldrá a las calles de Vigo para reivindicar una mirada ecofeminista en la lucha contra el cambio climático, resaltando la situación de vulnerabilidad y desigualdad a la que se enfrentan las mujeres también dentro de un contexto de crisis en este tema.
La concentración, que tendrá lugar en diferentes puntos del Estado español durante la misma jornada, se citará a las 19:00 horas en la Rotonda del Bicentenario, en el cruce entre las calles Venezuela y Camelias. Dentro de esta temática, en el Cafe UF de Rúa do Placer, se ofrecerá una charla sobre el ecofeminismo a las 17:30 horas.
El colectivo quiere aprovechar la proximidad del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo, para dar visibilidad a las distintas corrientes que establecen una conexión entre la violencia ejercida sobre la naturaleza y la mujer, haciendo especial hincapié en las miradas desarrolladas en el Sur global, que han jugado un papel fundamental en el desarrollo del ecofeminismo.
? Las mujeres y otras minorías son las más afectadas por la crisis climática, debido la violencia sistémica, que lleva a que las desigualdades sociales empeoren‼️
✊ El 3M exigimos un #FuturoEcofeminsta , por la justicia climática y social ??#TomorrowIsTooLate https://t.co/K7dNG6I6NY pic.twitter.com/hB2gDNyoYh
— Juventud Por El Clima - Fridays For Future España. (@JuventudXClima) February 28, 2023
Desde Juventud por el Clima consideran “indispensable” adoptar una mirada ecofeminista en el movimiento climático, ya que es “imposible luchar contra la crisis climática sin una perspectiva inclusiva que no deje a nadie atrás y defienda la vida sin injusticias, tanto sociales como climáticas, porque van de la mano”.
Asimismo, insisten en la necesidad de frenar la inversión en combustibles fósiles por parte de bancos y gobiernos, para poder dedicar esos fondos a construir las ciudades verdes. Diversos estudios han demostrado que solo se obtiene beneficio de dichos proyectos 16 años después de realizarse, un período de tiempo que consideran “excesivo”, pues “el planeta no puede esperar tanto”. Seguir con estos planes supondría “abocar a la sociedad a una crisis económica y social que afectaría, especialmente, a las mujeres y minorías oprimidas”.