La armadora del Pitanxo trata de acreditar que había trajes de supervivencia para los 24 marineros

Pesquería Nores, en Marín // MARTA VÁZQUEZ/EUROPA PRESS

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La armadora del 'Villa de Pitanxo', Pesquerías Nores Marín, ha presentado ante el juzgado un escrito con documentación para tratar de acreditar que en el barco, que naufragó el pasado 15 de febrero a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá), había trajes de supervivencia para los 24 marineros a bordo, de los cuales 21 perdieron la vida en la tragedia.

Según ha podido confirmar Europa Press, Nores ha entregado una serie de documentos para intentar demostrar que sí había trajes de supervivencia para toda la tripulación, pese a que en la documentación del barco constaban solo 22, que iba a ser la cantidad de personas que inicialmente iba a embarcar, aunque finalmente lo hicieron 24 marineros.

Entre estos folios la armadora aporta facturas que van desde el año 2008 hasta el 2021. También envió al juzgado una fotografía de la tripulación con trajes de supervivencia, pero data de julio de 2017 y no se corresponde con los marineros que trabajaban en el Pitanxo en su última marea.

Además, las mismas fuentes aseguran que "no cuadra" las anotaciones del diario de a bordo del patrón del barco, Juan Padín, con la declaración del tercer superviviente, Samuel Kwesi. El primero de ellos dice que sí se realizó un simulacro de accidente en el puerto de Marín antes de partir hacia Canadá, mientras que el segundo asegura que nunca existió tal simulacro.

Familias

Por todo ello, las familias de los 21 fallecidos han lamentado que con los datos aportados "no queda en absoluto acreditada" la existencia de los trajes de supervivencia ni que se llevase a cabo el simulacro, obligatorio por ley.

En declaraciones a los medios de comunicación, la portavoz de los familiares e hija de una de las víctimas, María José de Pazo, ha subrayado que "un albarán sin firmar" o "una foto de 2018", a su juicio, "no acreditada nada". "Seguimos pensando que no había trajes de supervivencia (para todos) y que no se hizo simulacro", ha añadido De Pazos, indicando que, de ser así, podría tratarse de un delito contra la salud y la seguridad de los trabajadores.

La investigación "no ha hecho más que empezar"

Por otra parte, Pesquerías Nores ha salido este martes al paso tras las últimas informaciones publicadas por algunos medios de comunicación donde se afirmaba que la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) habría concluido que el naufragio del 'Villa de Pitanxo' pudo evitarse soltando la red.

En un comunicado, la armadora ha querido dejar constancia de su "más absoluto rechazo" a estos datos ya que "lo cierto es que las investigaciones no han hecho más que empezar y están en fase de realización diversos estudios técnico-periciales sobre el naufragio y sus causas".

"Esta empresa tiene el máximo interés en conocer las causas del desgraciado naufragio y lamenta profundamente la utilización inveraz y sesgada de datos del proceso en curso, manifestando nuestro más absoluto respeto a la labor judicial y a la de los técnicos que están investigando el accidente con los que se mantiene una absoluta colaboración", ha sentenciado en un escueto escrito de dos párrafos.

Cuatro meses de la tragedia

Todo ello cuando se cumplen cuatro meses de la tragedia de 'Villa de Pitanxo', que acabó con la vida de 21 de los 24 tripulantes que zarparon de Galicia a Canadá. Cuatro meses en los que no se ha dejado de investigar los motivos que pudieron causar el naufragio.

Por ello, la Audiencia Nacional llamó a declarar el pasado día 6 de junio a los tres supervivientes, que contaron al menos dos versiones diferentes de cómo se desarrollaron los hechos. Tanto el patrón del barco, Juan Padín, como su sobrino, Eduardo Rial, defienden que el motor del Pitanxo se paró en medio de un gran temporal, lo que provocó que el barco quedase a la deriva y comenzase a entrar agua.

Por su parte, el tercer superviviente, Samuel Kwesi, aseguró ante del juez Ismael Moreno que el pesquero había embarrado (los aparejos de pesca estaban enganchados en el fondo del mar), por lo que comenzó a escorarse el barco y a entrar agua. Ahí el motor se paró y el barco quedó a la deriva.

Además, Kwesi también defiende que los marineros le gritaron al patrón que diese la orden de cortar las redes para impedir que el barco se siguiese escorando, pero Padín no habría hecho caso.

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