Vigo contará con un gran monumento que recuerde la histórica lucha obrera de 1972 cuando, todavía bajo el franquismo, más de 30.000 trabajadores se declararon en huelga, mientras se repartían 400.000 octavillas reivindicativas por unas calles tomadas por la Policía. Para conmemorar aquella lucha, en la que la ciudad olívica se convirtió en epicentro de la actividad antifranquista y obrera protagonizando la mayor movilización de trabajadores de la historia de Galicia, la CIG anunció este lunes que levantará una escultura gigante en el barrio de Coia.
Durante la presentación este lunes de los actos conmemorativos del 50 aniversario de aquellas protestas, que fueron la semilla del movimiento obrero gallego, el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, y el secretario comarcal, Alberto Gonçalves, presentaron los actos y movilizaciones que se desarrollarán en Vigo bajo el lema “Somos Clase. Somos Nación. A loita continúa”.
Entre las iniciativas que desarrollará la CIG, se encuentra la instalación de una gran escultura que recuerde a los hombres y mujeres que lucharon en aquellas protestas. La central sindical ya solicitó los permisos para instalar la escultura en el barrio de Coia. La obra llevará la firma del escultor Javier Diéguez Mosquera, miembro de la Asociación de Canteros de Galicia. Está formada por cuatro piedras de gran tamaño, con 2,3 metros de alto y 1,2 de largo. El objetivo es que se pueda inaugurar en el mes de septiembre.
Además, entre los actos programados se incluye la proyección del trabajo audiovisual "A semente de 1972", la edición de un libro y una gran movilización nacional también en el mes de septiembre que se desarrollará en Vigo. La central sindical enfoca la conmemoración de esta fecha “non como un exercicio de nostalxia” sino de reivindicación para mantener “vivas e vixentes” las luchas que dieron origen al movimiento obrero gallego, “sobre todo non momento como o actual no que asistimos a unha ofensiva do capital contra a clase traballadora e contra o futuro do noso país”.
El secretario comarcal de la CIG-Vigo, Alberto Gonçalves, destacó la ola de solidaridad que se produjo en la ciudad a raíz de los asesinatos de Ferrol, con huelgas como la que comenzó en Citroën en septiembre y luego se extendió la numerosas empresas y sectores. Unas movilizaciones en las que miles de trabajadores desafiaron al régimen franquista. “Ese exemplo de combatividade foi a orixe do que hoxe representa a CIG; foi o modelo que herdamos e do que nos sentimos profundamente orgullosos e orgullosas”, expresó.