Termina el fin de semana grande del Entroido y parece que la resaca todavía dura en Vigo. Hay quienes se han levantado con maquillaje aun en la cara, con agujetas de tanto bailar o con algún objeto perdido durante la noche anterior. Pero, desde luego, nadie ha amanecido como el Grinch: desnudo y en pleno centro de Vigo.
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Aunque no se movió de esa postal navideña del Meco, parece que lo pasó en grande. Después de que el pasado viernes el alcalde Abel Caballero lo presentara en plena Porta do Sol, este icónico personaje de la Navidad ya se convirtió en un vigués más. El Grinch disfrutó del concierto de Fillas de Cassandra, del sábado de fiesta y del domingo de re-fiesta. Y esta mañana ha amanecido con los pantalones por los tobillos sin mucha explicación.
En realidad, ha sido objeto de una auténtica gamberrada. A nadie le puede extrañar, si algo caracteriza al Entroido es el espíritu burlón, y probablemente el mejor ejemplo es el icónico Merdeiro de Vigo. Es cierto que cada vez se nota menos esa vena irreverente y contestataria en las celebraciones de la ciudad, casi no hay sarcasmo ni crítica en los desfiles, ni siquiera en los disfraces de los vecinos y vecinas que pasean por las calles.
Tal vez por eso, esta pequeña broma haya servido para reivindicar la broma y la picardía en este Entroido. O tal vez solo haya sido un pequeño acto de vandalismo.
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