La Gran Vía de Vigo inicia su transformación "verde": así es la nueva vegetación

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La vegetación comienza a llegar a la Gran Vía de Vigo. Esta semana, después de que el regidor vigués, Abel Caballero, anunciara los trabajos de plantación de árboles, arbustos y plantas de temporada, la avenida viguesa comenzó a recibir los primeros ejemplares verdes. A la espera de que finalicen las obras y se pueda contemplar el resultado final, el proceso continúa generando polémica entre aquellos a los que les parece acertado el cambio y los que rechazan de plano el planteamiento municipal.

Por ahora son ya visibles parte de las nuevas plantas, fundamentalmente de camelias instaladas en el bulevar central junto alas rampas mecánicas. También se pueden ver ya pequeños arbustos y plantas de temporada en las aceras, aunque por ahora no se ha iniciado la plantación de aquellos árboles que deberán adquirir mayor tamaño. Según el proyecto inicial, se plantarán al menos 17 árboles de la especie originaria de Japón Ginkgo biloba 'Tremonia', un tipo de árbol que se caracteriza por su crecimiento en columna y su carácter caducifolio, con hojas que se tornan de un color dorado intenso en el otoño. Su elección hace que no solo haya cambios de color en las rampas, sino que las propias especies vegetales harán que la nueva Gran Vía vaya cambiando según pasan las épocas del año. Estos árboles crecerán de forma estrecha y alargada, evitando el conflicto con los vecinos de los primeros pisos.

Además, también se puede intuir ya un jardín vertical que se situará en el interior de la cubierta de las rampas, en el bulevar central, que incluirá diferentes tipos de helechos y plantas de temporada.

En total, el Concello promete que se plantarán 207 árboles, 710 arbustos y 2.800 plantas. Helechos arbóreos, fatsias y vegetación baja compondrán el paisaje vegetal junto a las pasarelas para crear un aislante natural del ruido y, a la vez, “producir un efecto refrescante”, según se recogía en el proyecto inicial.

En total, si se cumplen las previsiones, la Gran Vía pasará de contar con una superficie aproximada de 530 metros cuadrados a una de 835 metros cuadrados de nueva vegetación. El plan crea una estructura de vegetación uniforme en el recorrido y otra singular en las intersecciones.

Con todo, el proyecto de la Gran Vía ha generado también una importante polémica por el talado y trasplante de la vegetación anterior. El argumento de Praza do Rei que se apoyan en el informe técnico para afirmar que buena parte de los árboles estaban en malas condiciones y podridos no parece convencer a los más críticos. En torno a la reforma se ha organizado una plataforma “Salvemos la Gran Vía”, que defendió la estructura del bulevar original y que no se eliminaran las anteriores especies vegetales.

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