Es un secreto a voces. Muy pronto la mítica bocatería Papo's de Vigo se despedirá de su emblemático local "de toda la vida", para dar paso a una nueva etapa que supondrá "muchas novedades, pero sin perder la esencia". Después de 40 años de historia, los creadores del famoso bocata Lourdes o la hamburguesa Giorgio's se mudan, pero no se van muy lejos. El nuevo establecimiento seguirá estando en la rúa Venezuela, a tan solos 25 metros del primer local, porque "la esencia del Papo's está en esta calle, en esta mítica esquina", explica el hijo de los dueños de la bocatería y uno de los responsables, Oscar Amoedo.
"Evolucionar o morir", esta es la razón por la que el equipo no dudó en aprovechar la oportunidad que se les presentó con el nuevo local. En esta nueva etapa, la bocatería contará con algunas novedades, gracias a que el establecimiento será más grandes y con muchas más posibilidades. Sin embargo, "la esencia no va a cambiar", asegura Amoedo, a la vez que explica que "simplemente el Papo's va a ser más Papo's, vamos a intentar mantener lo que hemos sido siempre porque al final es lo que nos pide la gente y es nuestra esencia".
En septiembre la mítica bocatería viguesa cumple 40 años desde que abrió sus puertas por primera vez en la calle Venezuela. Durante esta etapa han tenido la oportunidad de extender a Panxón, con el Papo's Playa, en el que cuentan con una carta veggie. Desde hace 15 años también se encontraban en el centro comercial Gran Vía de Vigo, aunque hace unos días han anunciado el cierre de este restaurante para "concentrar todos nuestros esfuerzos en la ampliación del local de la calle Venezuela y la consolidación como referente de nuestro otro local en Panxón".
El nuevo Papo's se encuentra actualmente en el proceso de finalización de las obras y aunque todavía quedan muchos detalles por conocer, entre ellos la fecha de apertura, Amoedo ha avanzado a Metropolitano.gal que, por lo menos, hasta después de verano se podrá seguir disfrutando del Papo's "de toda la vida". El responsable también nos cuenta que esperan poder hacer algo simbólico y significativo para el cierre del local, "como un cierre de época", para que vigueses y viguesas se puedan despedir del establecimiento que ya forma parte de la historia de la ciudad.