Los rockeros tienen un pacto con el diablo. Ese pacto gracias al que nunca mueren también atañe al descanso. Ellos jamás se dosifican. Su fuerza es inagotable. Ese convenio se traslada también a sus fans, en una simbiosis perfecta que se pudo disfrutar, por segundo año consecutivo, en las instalaciones del Ifevi.
El recinto ferial de Cotogrande se convirtió durante unas horas en el templo del rock nacional. Su cartel, encabezado por tres bandas legendarias como Mago de Oz, Barón Rojo y Obús, supuso que rockeros procedentes de diferentes puntos de la geografía gallega acudiesen a un Ifevi que recupera su atractivo musical con los conciertos de God Save the Queen el próximo sábado, el de Pablo Alborán el 27 de abril o el Festival Must a mediados de diciembre.
El Festival de Rock regresaba casi un año después a las inmediaciones del aeropuerto de Peinador. El evento efectuaba una demostración de fuerza más allá de su cartel. En esta segunda edición se ampliaba a cinco el número de bandas que se subirían al escenario. Se cuidó cada detalle. El rock vigués estaría representado por Iron Hunter y Motores -que ya actuó el pasado año-.
El sol se ponía en la urbe gallega. El idílico atardecer que se puede contemplar en la ría de Vigo era el telonero del Festival de Rock que ya esperaba a cientos de rockeros. La música comenzaba a resonar poco después de las 20:30 horas. Iron Hunter abrían fuego. Intensidad a tope para iniciar una velada que se prolongaría hasta altas horas de la madrugada.
Tras el recital de la banda local, Abel Caballero hizo acto de presencia. Era un evento especial. No podía faltar su intervención. "Viva el metal", exclamaba el regidor vigués ante el entusiasmo de los asistentes. Motores recogió el testigo. Interpretó sus éxitos, temas que ejercieron de "bautismo" de este Festival de Rock Concello de Vigo se encaminaba hacia uno de sus momentos más esperados de la segunda edición.
Al filo de las 23:00 horas llegaba el turno de Obús. El conjunto que comanda Fortu Sánchez estuvo más de una hora en el escenario del Ifevi, más de 60 minutos en los que conectó con un público entregado. La fiesta ya se había desatado en el Ifevi. Todo estaba listo para degustar al cabeza de cartel. Mago de Oz conquistó a los asistentes con ese folk metal que le ha llevado a ser una de las grandes bandas de la historia de la música nacional. Vigo se convertía en una de las paradas en la que el conjunto madrileño celebra sus 30 años encima de los escenarios.
Folk, metal, rock y un espectáculo de luces conectaron a Mago de Oz con sus fans. El cansancio no existía para nadie. Al Festival de Rock Concello de Vigo todavía le quedaba la guinda. Era la cita con otro mito, el encuentro con Barón Rojo, que prolongó el evento hasta altas horas de la madrugada.
El evento finalizó entrada la madrugada. El Ifevi era el escenario de un maratón de más de cinco horas, una intensa jornada en la que los apasionados del heavy metal español vivieron una noche inolvidable.