Agentes de la Policía Nacional han detenido a una treintena de personas por tráfico de drogas y ha realizado ocho registros domiciliarios donde se han intervenido cuatro vehículos y una motocicleta, tres armas de fuego, armas blancas y una defensa extensible, 11 balanzas de precisión, material informático y numerosos teléfonos móviles, más de 20.000 euros en efectivo y sustancia estupefaciente (10 kilos de hachís y 110 gramos de cocaína). La investigación da comienzo a principios de este año, cuando se reciben numerosas quejas vecinales, llamadas anónimas a la sala del 091 e intervenciones policiales, donde se constata la existencia de un "punto negro" de venta de sustancia estupefaciente, en torno a la calle Xilgaro 62 de Vigo.
Por parte del grupo UDEV Drogas de la Comisaría de Vigo, se inicia una larga y ardua investigación en torno al domicilio indicado, donde ya en años anteriores se habían producido intervenciones policiales por los mismos hechos. Los principales investigados, indica la Policía Nacional, forman parte de un clan familiar, dirigido por la madre y dos de sus hijos de "etnia gitana", como proveedores de la sustancia estupefaciente, de la que se abastecen personalmente a demanda, por turnos de trabajo, generando con ello elevados ingresos económicos, que reparte entre los miembros de esta familia.
La Policía Nacional destaca que la venta de sustancias estupefacientes en esta vivienda genera un trasiego continuo de toxicómanos, a cualquier hora del día y de la noche, y con ello alarma social y preocupación entre los vecinos de la zona que sufren desde hace años los efectos de la venta de droga en el barrio, con altercados, suciedad, hurtos... La vivienda de la calle Xilgaro, tal y como se constata por las numerosas vigilancias efectuadas en la zona, está continuamente habitada por diferentes personas, bien por los propios vendedores, de forma temporal, o quienes custodian la "droga" que son utilizados por el núcleo familiar para la distribución de la misma, desplazándose a las calles aledañas, portando pequeñas dosis de sustancia estupefaciente , denominados en el argot "corrillos".
La Policía Nacional destaca de los principales investigados la violencia ejercida y el uso de armas para dominar el mercado de la droga, el cobro de las transacciones y todas las desavenencias que pudiera generar su actividad delictiva, imputándose por ello, a uno de los detenidos dos delitos de lesiones.
Los resultados de la investigación, tras las detenciones y los registros efectuados, llevan a la conclusión de la existencia de un entramado delictivo, donde son varios los que se proveen de la sustancia estupefaciente, desplazándose a localidades cercanas, los que "cocinan" la droga, preparando la dosis para la venta y consumo, los que se dedican a "guardería", ocultar y custodiar la droga, y por último, los vendedores, que en pequeñas cantidades distribuyen la sustancia preparada para el consumo, incluso en el interior de la vivienda. Todo lo actuado está en manos del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, quien mantuvo el secreto de las investigaciones, hasta el momento en que pasan a disposición los detenidos, quedando en libertad con cargos.