Eran cerca de las 09:00 horas cuando un vecino del centro de Vigo seguía escuchando la música que provenía de una de las discotecas de la zona de fiesta. Harto del ruido, decidió llamar desesperado a la Policía Local, que terminó rodeando el pub durante horas.
Varios agentes se acercaron en un primer momento para clausurar la fiesta. Sin embargo, cuando llamaron a la puerta de la discoteca nadie abrió. De tal modo, no les quedó otra que custodiar tanto el acceso principal como la salida de emergencia a la espera de que alguien se dignara a salir.
Así permanecieron durante horas, hasta que los participantes en esta fiesta decidieron desalojar el local y dar la cara. Esta discoteca de la calle Inés Pérez de Ceta no tenía permiso para acoger un evento a esas horas, por lo que la fiesta era del todo ilegal.
Según informan fuentes cercanas a la investigación, en el interior estaban los propietarios del local y algunas amistades, que se encontraban de celebración.