La saga familiar que acuñó el 'baltarismo' en Ourense se despide de la Diputación provincial de la mano de Manuel Baltar Blanco, el hijo del histórico referente de la 'boina' José Luis Baltar Pumar, a quien sucedió hace más de una década al frente del partido en la provincia, con la oposición de la entonces dirección gallega del PP capitaneada por Alberto Núñez Feijóo, y del que después 'heredó' la institución.
Desde que su padre contaba con un ejército de alcaldes leales y poder suficiente para desafiar al fallecido Manuel Fraga hasta este miércoles en el que un Manuel Baltar en sus horas más bajas ha anunciado que renuncia a seguir al frente de la Diputación para facilitar, asegura, que su partido pueda conservarla, el 'baltarismo' ha atravesado momentos de mayor o menor fortaleza en los 33 años del apellido protagonista en la Diputación.
Siempre entre acusaciones de "caciquismo" por sus rivales políticos, uno de los momentos más duros fue, precisamente, el de la sucesión de padre a hijo en Ourense, contra la que maniobró, sin éxito, la cúpula gallega que encabezaba Feijóo con el actual líder, Alfonso Rueda, como mano derecha. Impulsaron un candidato alternativo, el entonces alcalde de Verín Juan Manuel Jiménez Morán, pero perdió.
Manuel Baltar logró tomar las riendas del PP provincial a principios de 2010 de las manos de su padre y dos años después, en 2012, se puso al frente de la Diputación. José Luis Baltar dejaba paso 22 años después de haber asumido la presidencia y su hijo mayor ha mantenido el bastón de mando durante otros 11. En total, la 'dinastía' ha logrado acumular más de tres décadas con el poder institucional provincial. Años después, en 2014 y ya jubilado, Baltar Pumar fue condenado a nueve años de inhabilitación por un delito de prevaricación continuada, en relación a los 104 contratos que firmó para la institución provincial entre los meses de enero y marzo de 2010, sin dar publicidad a las plazas, según recogía la sentencia.
Trayectoria política amplia
Licenciado en Derecho, obtuvo una plaza como funcionario de la Xunta e inició su carrera política como delegado provincial de la Consellería de Agricultura. Más tarde, accedió a un acta como diputado autonómico y en el Parlamento llegó a ser vicepresidente primero. Desde ese puesto ganó la batalla interna que primero le abrió las puertas del partido y en 2012 'heredó' la Diputación. Ya como presidente del partido y de la institución provincial logró reeditar la mayoría absoluta en 2015, pero la perdió en 2019. La papeleta se solucionó con un pacto con Gonzalo Pérez Jácome para entregarle la Alcaldía a cambio de la Diputación.
Exceso de velocidad y otras polémicas
Y en las últimas municipales tampoco ha podido ser. Aunque buscó reforzarse con fichajes como el de Manuel Cabezas como candidato a la Alcaldía de Ourense también el pasado 28 de mayo se quedó a las puertas de la mayoría absoluta, a falta de un diputado. La matemática dejó un escenario complicado también en el Consistorio, cuya resolución está todavía en el aire.
Antes, tuvo lugar una campaña dura en la que estuvo en el foco mediático por diversas informaciones relativas al parque móvil de la Diputación y otras cuestiones, pero sobre todo por haber sido cazado, a pocas semanas del 28M, un domingo a 215 kilómetros por hora al volante de un coche de la Diputación en la A-52 a su paso por Asturianos (Zamora). La situación derivó en un juicio, que ha sido aplazado.
Ante la coyuntura, los enemigos internos de Baltar empezaron a asomar, en los últimos días de forma más notoria, y la dirección autonómica contribuyó, según las fuentes consultadas por Europa Press, a hacerle ver que, como verbalizó este mismo miércoles el propio Rueda --quien no escatimó en fotografías con él durante la campaña--, los ciclos tienen un principio y un final.
Manuel Baltar seguirá por ahora al frente del partido en la provincia y hay voces que le sitúan, en un futuro, con un cargo en Europa. Pero el político que inclinó la sucesión de Feijóo en la Xunta a favor de Rueda, y que en su día, en el congreso en el que derrotó al de Os Peares (a través de un candidato interpuesto), instó a su hija Elena a no dejar que "cercenasen" sus posibilidades, ha puesto fin, con su renuncia, a más de tres décadas de 'baltarismo' en la Diputación.