La Xunta "no renuncia" rescatar las autopistas tras recuperar cuatro autovías con peaje en sombra

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La Xunta rescatará a través de una inversión de 297 millones de euros cuatro autovías de Galicia, lo que permitirá un ahorro anual a las cuentas autonómicas de 30 millones de euros hasta 2040 por el importe que se abonaba a las concesionarias de estas infraestructuras en concepto de peaje en sombra.

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La decisión, adoptada en el Consello de la Xunta de este lunes, ha sido avanzada por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y desgranada posteriormente por la conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, María Martínez Allegue, quien ha incidido en que "el ahorro" global para los próximos 15 años será de 330 millones de euros.

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En concreto, el Gobierno gallego ha decidido rescatar las autovías de O Salnés, O Barbanza, Ourense-Celanova y Santiago-Brión. La recuperación de la gestión de estas vías de alta capacidad en régimen de concesión permitirá, según Rueda, dedicar "a otras materias más importantes" las cuantías que cada año incluían los presupuestos de la Xunta en peajes en sombra, es decir, en compensaciones a las concesionarias por estas autovías sin peajes para los usuarios.

En concreto, según las cifra aportadas por el Gobierno gallego tras la rueda de prensa del Consello, la Administración autonómica abonará al grupo Sacyr 72 millones por la concesión de la autovía de O Barbanza (AG-11) que concluía en 2036.

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Dos de las vía rescatadas pertenecen al grupo Copasa, que recibirá 45 millones por la concesión de la autovía de O Salnés (AG-41) que concluía en 2035; y 85 millones por la Ourense-Celanova (AG-31), con 12 años de vida y que finalizaba en 2040.

El rescate de mayor envergadura irá a parar a la concesionaria de la autovía Santiago-Brión (AG-56), controlada por el grupo ACS, y que supondrá un gasto de 95 millones de euros por la recuperación para la Xunta del control de la infraestructura, cuyo contrato de operación finalizaba en 2035.

En palabras de la conselleira, la operación "permitirá que las cuatro autopistas pasen a ser autovías de propiedad pública, gestionadas directamente por la Xunta, con una administración responsable y comprometida con la calidad del servicio". Martínez Allegue ha señalado que estas cuatro autovías se construyeron en un momento en el que "las circunstancias económicas no permitían" a la Xunta llevarlas a cabo "con fondos propios", por lo que se decidió hacerlo en régimen concesional.

Tanto la conselleira como el presidente gallego han agradecido la disposición de las empresas para alcanzar un acuerdo en el marco de una negociación que, según Rueda, "no fue sencilla" y que la Xunta lleva a cabo por su "capacidad económica". "Seguro que muchas comunidades no podrían tomar esta decisión", ha apostillado Rueda.

Rescate de  autopistas

A preguntas de los periodistas, Rueda ha afirmado que el gobierno que encabeza "no renuncia" a la posibilidad de rescatar también las autopistas autonómicas con peajes para los usuarios, aunque ha reconocido que "ni mucho menos" es una posibilidad que pueda darse "a corto plazo".

"Es una senda que a mí, en un futuro, me gustaría llegar, pero desde luego no es inmediato", ha apostillado antes de reconocer que el rescate de estas autopistas "siendo realistas, en este momento es complicado, pero no imposible".

A raíz de esa pregunta, el presidente de la Xunta ha aprovechado para instar al Partido Socialista a "cumplir" con la promesa de su candidato en las últimas elecciones gallegas, José Ramón Gómez Besteiro, de que las autopistas estatales en Galicia (AP-9 y A-57) serían gratuitas. "Se lo comenté al presidente del Gobierno (Pedro Sánchez) y lo único que hizo fue echar una sonrisa y no me dijo nada más, lo cual es bastante explicativo de cuál es la intención final", ha aseverado Rueda, que ha dicho que la Xunta lo "seguirá reclamando".

Senda peatonal

Otro de los acuerdos adoptados en la reunión semanal del Gobierno gallego ha sido la aprobación inicial del proyecto sobre la senda peatonal y ciclista entre Vigo y Nigrán, que consiste en una actuación en 13,3 kilómetros para reorganizar los espacios y mejorar la seguridad.

En concreto, la iniciativa está dotada con 5 millones de euros para la construcción de dos nuevas glorietas en la PO-325, zonas de descanso a lo largo del recorrido y tres áreas de transferencia entre vehículo y bicicleta en una carretera, la PO-325, que sirve de conexión con varias playas.

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