No hace falta coger el coche, la bici o irse a la estación de tren o a Peinador para hacer un viaje. La magia de la lectura permite que con el simple gesto de abrir un libro uno se pueda embarcar en mil historias. Nuestra mente se convierte en el mejor aliado para acompañar a Harry Potter en sus aventuras por Hogwarts, para alentar al Quijote y a Sancho Panza o para guiar a Frodo y a Sam en su intento por salvar a la Tierra Media. Las historias son infinitas. Solo hace falta dejarse conquistar por esas miles y miles de publicaciones que están a nuestro alcance. Este sábado, día en el que arranca el segundo capítulo de esta novela vital que lleva por título 2025, Vigo asistió esta mañana a una experiencia curiosa. Las personas que pasaban por la calle Eduardo Iglesias, en el entorno de Príncipe, se encontraron con sacos que estaban llenos de libros, y podían llevárselos gratis a su casa.
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El traslado inminente de Natura al local que hasta hace poco ocupaba la librería "low cost" que estaba en la misma calle hizo que la liquidación permitiera a las personas llevarse los libros que se encontraban en los sacos. Lo que se convirtió en ese encuentro fortuito acabó convirtiéndose en toda una oda a la literatura. Los amantes de la lectura emergieron no solo para llevarse las joyas más preciadas, sino para cuidarlas. Para rendirles un tributo especial. Por ello, fueron organizando los libros y apilándolas cerca de la vitrina. ¿El objetivo? Que la previsión de lluvia que podría afectar esta noche a Vigo no destrozasen estas obras que nos permiten hacer esos viajes hacia otros mundos y a otros rincones del saber.
Las personas que se encontraban pasadas las 13:00 horas en esta céntrica calle de Vigo empezaban a conversar y a compartir sobre ese poder que tiene la literatura. Rememoraban las historias leídas y se producían escenas enternecedoras, como madres enseñándoles a sus hijos los libros que ellas leyeron de pequeñas.
En una jornada marcada por las compras y los paseos de fin de semana, las viguesas y vigueses han hecho un paréntesis para salvar estos libros, para dotarles de otra vida. La lectura les ha unido y se han organizado para colocar estas obras en esas estanterías improvisadas a la espera de que venga alguien para seguir leyéndolas. Además, también se sucedieron las recomendaciones de libros. Casi como en una especie de sepelio, de funeral, iban y venían los lamentos y los elogios. "Es una pena que acaben así", se escuchaba. Para otros, "esto es un tesoro". Lo cierto es que los libros siguen teniendo esa magia, un poder que les ha hecho sobrevivir al paso de los años y a la llegada de nuevas tecnologías. ¿Por qué? Gracias al poder de la gente, que incluso salen a protegerlos por si viene el mal tiempo.