"Esto siempre empieza robándole ropa a tu padre", sintetiza Antón. Explica que un día abres su armario y ves una prenda que no has visto antes en ninguna tienda. Te la pones, tiene rollo, y luego descubres que dura, que es de buena calidad. Así cuenta que se introdujo en el mundo vintage o de segunda mano.
- Te puede interesar: La moda vintage se extiende en Vigo con la apertura de una nueva tienda en pleno centro
Hay una máxima que dice que la moda es cíclica, que todo vuelve. Y puede que tenga razón, quizás está sucediendo por estética o quizás se trate de una respuesta contracultural a una sociedad consumista y viciada al "fast-fashion". Pero la cosa es que cada vez hay más jóvenes con unos jeans de cuando los jeans duraban, con una camiseta que ya no tiene forma a los pocos meses o con una sudadera que no ha perdido la intensidad del color aunque han pasado años.
En esta ola que ya arrasa por toda Europa, Vigo empieza a surfear. Poco a poco han ido surgiendo tiendas de segunda mano en la ciudad y cada vez se organizan más mercadillos efímeros. Y puede que fruto de este contexto, cinco jóvenes vigueses han decido dedicar tiempo y esfuerzo a un nuevo proyecto en la ciudad: Corzos Vintage.
- Te puede interesar: Locura en Vigo con colas de horas por el mercado de ropa vintage "más loco de España"
De Vigo al mundo
Como si fueran una especie de "arqueólogos de la moda", se dedican a desenterrar, reparar y mostrar al mundo auténticas joyas. Alguno de ellos todavía están estudiando, ninguno se dedica por entero a esto y ni siquiera son expertos, pero juntos han montado una tienda online que ya está vendiendo prendas únicas por toda Europa: "De hecho, nuestro primer cliente fue de Holanda".
La metáfora no es azarosa, el proceso es casi el de un arqueólogo. Estos jóvenes se aventuran por mercadillos o reciben lotes de ropa sin saber exactamente qué encontrarán. Hacen trabajo de campo, rebuscan y seleccionan. Cuando dan con algo que creen que tiene valor lo reparan con mimo y lo higienizan. Y tras ello, comienza una labor de investigación sobre cuántas unidades como esa se fabricaron, dónde se vendieron, quién las lució. Todos esos elementos que pueden hacer de una prenda un tesoro único. "La gente no se imagina las rarezas que hay, la historia que puede esconder una camiseta", cuenta Antón.
Es un proyecto a largo plazo, de momento lo hacen porque les gusta, pero eso no impide que lo estén dando todo. En su página web y redes sociales se ve el resultado final, pero detrás hay horas mirando etiquetas, buscando en internet, lavando y colgando artículos. Esta es una apuesta por dedicarse a lo que les apasiona, pero también por encontrar una industria de la moda más ética, estética y única.