Las obras de Porta do Sol se están convirtiendo en algo más que en la construcción del túnel que soterrará el tráfico en el corazón de la urbe gallega. Los trabajos en pleno kilómetro cero se han convertido en un reencuentro con una historia que, hasta ahora, permanecía olvidada bajo nuestros pies. Al igual que cuando uno hace una mudanza o una obra en su hogar, afloran los recuerdos. En este caso no es la nostalgia lo que emerge, sino la historia. Nuestro pasado. Patrimonio histórico. El alcalde Abel Caballero informó este mediodía en rueda de prensa que ayer martes se produjeron nuevos hallazgos, un descubrimiento que se podría tratar de la base de la muralla de Vigo.
Los nuevos restos aparecieron en la calle Carral, a la altura de donde estaba la salida del antiguo aparcamiento de Porta do Sol. "Se va a estudiar el hallazgo. Se va a seguir descubriendo todo el entorno y se va a estudiar en qué medida va a afectar a la obra", afirmó Abel Caballero. El regidor vigués no avanza nuevas medidas. Vuelve a dejar todo tipo de decisión al dictamen de los arqueólogos, que serán los encargados de confirmar si el hallazgo de Carral pertenece, de forma definitiva, a la muralla de Vigo.
El alcalde de la urbe gallega sí admitió que los restos sorprendieron en Praza do Rei, ya que en los tres sondeos que se realizó en la zona no apareciera nada. Abel Caballero reiteró que para su Gobierno "los hallazgos arqueológicos son un bien de prioridad total" y abrió el debate sobre si en las obras del aparcamiento se llegó a tocar parte de la muralla de Vigo.
Por otro lado, el regidor de la ciudad olívica también se refirió a la vivienda que apareció hace unas semanas en Policarpo Sanz y que podría tratarse de la antigua Casa da Mora, el lugar donde se gestó la Reconquista de Vigo ante las tropas de Napoleón Bonaparte. El máximo mandatario municipal apuntó que se "está estudiando la compatibilización y la forma de actuar para mantener el edificio". Caballero aseguró que los trabajos pueden continuar con el trabajo con la vivienda ahí. Los arqueólogos serán los encargados de decidir qué se hace finalmente. No obstante, el alcalde admitió que "a nuestros efectos lo mejor es dejarlo cómo está".
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