Vigo formará parte del mapa mundial de movilizaciones y acciones de sensibilización al amparo de la Huelga por el Clima. El colectivo de “Juventud por el Clima – Fridays for Future” incrementa la presión para denunciar la “crisis climática” que vive el planeta. Lo hará con una semana de actividades que tendrá como colofón una manifestación por el centro de Vigo.
La urbe gallega se sumará así a cientos de ciudades de toda la Tierra que albergarán actos de denuncia del deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como a la extinción de 1 millón de especies que se encuentran gravemente amenazadas debido a nuestra actividad sobre la tierra.
El colectivo vigués, en colaboración con el Movemento Galego polo Clima, organizará el viernes, 27 de septiembre, una jornada de lucha que arrancará con una concentración a las 11:00 horas en Praza do Rei y finalizará con una manifestación a las 20:00 horas. La marcha, a la que animan a todos los ciudadanos a sumarse, arrancará en Vía Norte y finalizará en Porta do Sol.
La movilización del viernes 27 llegará precedida de una serie de actos que comenzaron este mismo martes bajo el lema “O 17 non rimos, o 27 berraremos”.
El manifiesto, firmado por más de 300 entidades y asociaciones de toda España, se basa en el informe elaborado por el Grupo Inter¬gubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que estudia las medidas necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5ºC. Ante un cambio climático que va a toda velocidad, los firmantes exigen “rapidez y contundencia ante la emergencia ecológica”. El propio informe alerta de subidas del nivel del mar o aumento de fenómenos extremos.
Así, la manifestación y las actividades paralelas pedirán que se declare la emergencia climática y se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática. Con todo, recuerdan que no deben ser los colectivos más desfavorecidos los que carguen con las consecuencias, ya que la transición debe hacerse en base a la justicia social. Asegurar empleos alternativos en sectores sostenibles, afrontar la crisis energética o reducir las jornadas laborales son algunas de las propuestas paralelas a la drástica y necesaria reducción de emisiones de dióxido de carbono.