Miles de personas volvieron un año más a abarrotar la parroquia de Bembrive para celebrar una de las fiestas históricas y más populares de Vigo, el San Blas. Este año convertida en Fiesta de Interés Turístico de Galicia, la celebración volvió a marcar un éxito rotundo ayudada por una jornada de cielos despejados y temperaturas casi de verano que animaron a más de uno a empinar el codo para vencer el calor. “¿Dónde hay buen vino?” era una de la preguntas que más se escuchaban este mediodía.
Los más religiosos realizaron la tradicional procesión al grito de “Viva San Blas” mientras que otros miles se resguardaban del sol en la veintena de furanchos que dispensaban a ritmo frenético cuncas de viño y el típico cocido de estas fechas.
Entre los asistentes, no faltó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que se animó como de costumbre a sumarse a las charangas y grupos de música tradicionales para animar las calles. Tras su freestyle al micrófono el pasado viernes, esta vez el regidor se limitó al bombo, que aseguró que dominaba con maestría. Junto al regidor, también se pudo ver a la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, al delegado de Zona Franca, David Regades, o a concejales vigueses como Ángel Rivas o Gorka Gómez.
San Blas es, sobre todo, alegría colectiva. Grupos de amigos y peñas aprovecharon la jornada para disfrutar en buena compañía. Y también para que cada uno muestre sus inventos, desde el que se va con la sulfatadora para dispensar vino hasta el que decide que los churros se mojan en tinto. Sea como fuere, ¡qué viva San Blas!