La Navidad de Vigo corre el riesgo de morir de éxito. Los accesos de Vigo han colapsado este lunes ante la llegada masiva, de nuevo, de miles de visitantes que se acercaban a disfrutar de una tarde navideña en el centro de la ciudad. De nada parece servir la, por otra parte discreta, llamada del Concello a utilizar los aparcamientos de Samil y desplazarse después en Vitrasa al centro. Este lunes, primera jornada sin lluvias tras muchos días de auténtico temporal, todos los accesos de la ciudad se han visto completamente colapsados de vehículos. Un tráfico que acabó también por atascar el centro urbano, no solo el "kilómetro cero" sino llegando a puntos como Travesía de Vigo.
Al filo de las 17:00 horas, la mayor parte de los aparcamientos subterráneos del corazón de la ciudad marcaban en sus carteles exteriores el “completo”. La Gran Vía comenzaba a bloquearse. Era el aviso de que el colapso había comenzado. En la Avenida de Madrid, las colas para llegar a la ciudad se prolongaban durante más de cuatro kilómetros, quedándose el inicio de las mismas próximo al parque comercial de O Meixoeiro.
Al otro lado de la ciudad, el acceso desde la AP-9 tampoco soportó la masiva afluencia de coches. Las colas afectaron a la autopista comenzando antes del túnel de A Madroa, con el tráfico totalmente parado en el carril derecho, que permite el acceso a la variante de entrada en la ciudad, conocida como la "raqueta" de Teis. A su salida, en los accesos a Beiramar los coches ocupaban ambos carriles completamente parados sin apenas lograr moverse unos metros cada cierto tiempo.
En tiempos, ir del Centro Comercial Gran Vía al centro supuso en torno a una hora de coche, mientras que viajar entre Peinador y el centro urbano llevaba, en el mejor de los casos, dos horas de viaje en un recorrido que se hace habitualmente en entre 15 y 25 minutos.
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