Mos presupuesta 20.000€ para iniciar la compra de los terrenos del singular Castro de Torroso

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El presupuesto de Mos para el próximo año 2023 incluirá una partida de 20.000 euros para la compra de los terrenos del Castro de Torroso, además de la limpieza de la vegetación y maleza de los mismos, para la que ya se ha solicitado permiso a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia.

Los terrenos a limpiar inicialmente serán los del primer anillo del castro que se quieren adquirir por parte del Concello. Así, se limpiará previamente las fincas de los propietarios para, a continuación localizar los "marcos" e intentar llegar a un acuerdo para proceder a la compra.

Según explican desde el Concello, la tarea de búsqueda de particulares se encuentra "bastante avanzada", con la mayoría de ellos localizados y otros "en investigación", por desconocerse el titular de algunas de las parcelas.

En verano de 2020 se instaló en el Castro de Torroso una nueva señalización para favorecer su conocimiento y divulgación. Instalación que fue proyectada, supervisada y dirigida por el arqueólogo Alberte Reboreda junto con el arquitecto municipal. Sin embargo, el castro se encuentra totalmente cubierto de vegetación y en estado de abandono. Sucede principalmente porque se encuentra en terrenos privados, lo que dificulta la actuación pública.

El Castro de Torroso es uno de los más singulares de Galicia, de los mejor estudiados y de los de mayor interés científico y cultural. En primavera del año 1983 se descubrió fortuitamente este yacimiento en Torroso, muy cerca del límite con Petelos, después de que los temporales del invierno dejaran a cielo abierto fragmentos cerámicos. Las características morfológicas y técnicas de estos vestigios motivaron el inicio de una serie de excavaciones, llevadas a cabo entre 1984 y 1990, en las que se pudo comprobar que se trataba de un yacimiento castrexo.

Cuenta con una extensión de unas 2,8 hectáreas y una altura máxima de 137 metros que le permiten dominar unos terrenos muy aptos para el aprovechamiento agrícola y forestal. Al nordeste de esta aldea fortificada corre un riachuelo que le proporcionaba agua y pesca.

Data del siglo VII a.C. y los objetos encontrados se encuentran en el Museo de Pontevedra. Son principalmente restos cerámicos, fragmentos de metales (adornos personales de bronce y plata o armas de hierro), así como de diferentes útiles (piedras de afilar, etc…). Se levantó en la transición entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. En ese momento los grupos humanos escogían las colinas para edificar sus aldeas, que fortificaban con el objeto de mejorar sus defensas.

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