El arte urbano de Vigo rompe fronteras. El programa de “Vigo, Cidade de Cor”, que impulsa la concellería de Patrimonio Histórico, va camino de convertir a la urbe gallega en un museo de arte urbano con algunos de los murales más impresionantes del mundo. El feísmo tradicional de las medianeras de Vigo se convierte lentamente en un lienzo que nos hace levantar la vista al convertir una debilidad en una oportunidad. Ahora, una plataforma especializada, Street Art Cities, que se ha convertido en la comunidad de arte urbana más importante a nivel internacional, ha elegido un mural de la urbe gallega entre los mejores del mundo.
La publicación, que elabora un ranking con las mejores obras artísticas del mes, sitúa al mural creado por Lula Goce en A Florida como el séptimo más destacado. Se trata del mural más alto que la artista de Baiona ha elaborado en su dilatada carrera que le ha llevado a diseñar obras de arte en medio mundo, desde Nueva York a Madrid, pasando por México o Hannover. De hecho, la propia Lula Goce explica a este diario que “se trata de una master piece, es uno de los mejores que he pintado y me gusta mucho que esté en casa, aunque espero que no le planten un edificio”, bromea. Lo hace porque, en 2016, la baionesa ya fue la creadora de otro mural que por su tamaño, espectacularidad y característico estilo se convirtió rápidamente en uno de los más reconocidos de Vigo. Esa pieza, que muestra a un niño y una niña, rodeados de naturaleza, tiene sin embargo el destino marcado. Una promoción inmobiliaria lo ocultará para siempre. “Quizá se tenía que haber previsto una longevidad mayor. La inversión es grande y da pena sobre todo por la falta de previsión”, nos explica Lula Goce para lamentar que un mirador al mar en un barrio “gris” se convierta en un nuevo edificio.
Cuando pintó su primer mural en la ciudad, Vigo daba sus primeros pasos en el arte urbano y no todos lo comprendían. “Generaba mucha expectación y escepticismo. Incluso algún vecino vino a protestar”, recuerda Goce. Sin embargo, cuatro años más tarde, este tipo de obras cuentan hasta con rutas para disfrutarlos. “Vigo está pintando muchos murales y eso hay que valorarlo, zonas que eran feas ahora son un punto de interés cultural y turístico. La iniciativa ha generado dinámicas muy positivas”, reflexiona.
Volviendo al mural de Florida, ubicado junto al Mercado de As Travesas, nos encontramos con dos mujeres bajo el mar rodeadas de peces mitológicos, plantas marinas y anémonas. Una de ellas susurra algo a la otra, pero como un buen secreto, no podemos más que imaginar cuál será el mensaje. La artista buscaba con esta pieza rendir homenaje a trabajadoras y clientes del Mercado, que está frente a la obra. “Pretendía crear un nexo entre el mural y nuestra relación con el mar y la relación con el propio mercado y la gente que trabaja allí” haciéndonos reflexiona sobre “una de nuestras mayores riquezas”. Es decir, la Ría y el propio océano.
¿Por qué susurra nuestra protagonista en ese inmenso mural de un edificio de diez plantas? “Se trata de hacer trabajar un poco al espectador, crear la dualidad de algo que ves, pero no escuchas. Cada uno lo puede cerrar con su propio significado”.