Nigrán restaura los cañones de Monteferro y revaloriza la batería militar

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Los cañones de Monteferro han retrocedido en el tiempo 100 años y ya lucen como en su origen. El Concello de Nigrán ha llevado a cabo una inversión de 16.758 euros, a través de una línea de ayudas de la Diputación de Pontevedra, destinados a la restauración y señalización de elementos patrimoniales de titularidad municipal.

Los trabajos, adjudicados a la cooperativa Árbore, supusieron la limpieza, restauración y barnizado de la Batería J3, además de la limpieza del lavadero de los soldados y de la Fonte da Mina, incluyendo los acceso mediante desbroce, ambos elementos estaban totalmente invisibles debido a la maleza lo que los cubría. Además, avanzan que toda la batería estará señalizada mediante paneles interpretativos. El resultado más llamativo, indican desde el Concello, es que "los cañones han recuperado su color militar tras décadas de abandono y vandalismo en forma de pintadas divulgadas en redes por los autores como intervenciones artísticas".

La Batería J· de Monteferro pertenecía al sistema defensivo costero de las Rías Baixas, donde también se encontraban la J1 de O Grove, J2 de Cabro Udra y J4 de Cabo Silleiro. Dentro del complejo J3 destacan los dos cañones Munaiz-Argüelles 150/45, que son los únicos que se conservan "in situ" de toda la provincia y que en un primero momento eran tres.

Desde el Concello explican que esta batería fue creada con carácter urgente una vez iniciada la Guerra Civil, puesto que el bando sublevado temía un ataque marítimo a espaldas gallegas por parte de potencias extranjeras contrarias al alzamiento. Sin embargo, ya en la década de los años 30 eran anticuados, apenas tenían un alcance de 13 kilómetros, pero, por el contrario, sí ofrecían una sensación de "seguridad". A pesar de todo, este complejo estuvo en uso hasta la década de los años 60 como lugar de maniobras y destino para la mili, siendo abandonado en los años 80.

El lavadero, situado muy cerca de los cañones, fue construido para que los soldados pudiesen lavar su ropa y como "ducha", mientras que la mina a su lado se habilitó para surtir de agua dulce a la base. En los dos elementos se limpiaron los accesos mediante desbroce haciéndolos ahora visibles por vez primera en décadas y, en el caso de la fuente, se cerró con una reja de forja para impedir el acceso al resultar el interior muy inseguro.

El principal trabajo en ambos cañones, de acero y de 6,7 m de envergadura y 6.300 kg de peso, fue decapar la superficie para eliminar el óxido existente, realizar una limpieza general y un pintado y una imprimación de una capa de protección final anti-graffitis que impida adherir nuevas pinturas. Además, se sellaron mejor las cañerías para evitar empozamientos de agua. . "Os canóns non tiñan xa cor, así que consultamos ao Museo Militar de A Coruña e o seu conservador, José Manuel Candales, explicounos que non existe unha carta pantone ao respecto e que nestas pezas, pola súa situación costeira, se lles aplicaba unha gama de grises", justifican desde Árbore.

"A península de Monteferro é un tesouro patrimonial infinito para Nigrán que, grazas á Comunidade de Montes, á quen pertence na súa maioría, estamos a por en valor no seu conxunto", indica el alcalde, Juan González, en referencia también a sus petroglifos y al propio entorno natural "cunha costa e unha masa arbórea espectacular".

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