A finales del mes pasado, la ciudad de Ourense recibía un fuerte varapalo. La Xunta de Galicia decretó la prohibición de bañarse en uno de los principales reclamos locales. Desde entonces, quedó prohibido el uso y disfrute de las pozas termales del Muíño da Veiga, en la ribera del Miño. Todo, según la orden, al considerar que no se cumplen los requisitos técnicos y sanitarios establecidos por la normativa autonómica.
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Ahora, el Concello de Ourense ha anunciado que ambas administraciones colaborarán para revertir la situación. Para ello, y puesto que no se prevé una modificación de la normativa que se adapte a las características específicas de este espacio, se contemplan otras alternativas.
El Concello "deberá solicitar la catalogación de las aguas como termales y minero medicinales y, posteriormente, realizar las obras que sean necesarias para que las instalaciones se adapten a lo establecido en la Ley 8/2019, siempre que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil autorice la ejecución de dichas obras". Así lo ha trasladado el Gobierno local en un comunicado.
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Aseguran que "el agua es totalmente sana aunque no cumpla con la normativa de la Xunta", por lo que contemplan reabrir con la instalación de los carteles que especifiquen la prohibición de baño o recomendación de no bañarse". El alcalde ha especificado que la solución definitiva "es una cuestión a medio plazo, que puede llevar un año, dos o tres".