Plantean la recuperación del tranvía en Vigo aprovechando el fin del contrato de Vitrasa

Boceto de cómo podría ser el diseño del tranvía vigués del siglo XXI // METROPOLITANO

El pasado 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha que sirve para reivindicar la conciencia ecologista y reclamar medidas que aseguren la sostenibilidad de la existencia humana. En este contexto, cinco organizaciones ecologistas y de derechos humanos (Amigas da Tierra, Amnistía Internacional, Ecoloxistas en Acción, Greenpeace y Verdegaia) remitieron una carta al alcalde de Vigo y a los grupos políticos del Concello en la que hacen un llamamiento a repensar la movilidad en la ciudad.

En este escrito, plantean la recuperación del tranvía como una alternativa de transporte público limpia, eficiente y perfectamente compatible con un desarrollo urbano sostenible. Para ello se basan en que Vigo es la ciudad peninsular con más coches por habitante y, al mismo tiempo, una de las que menos utiliza el transporte público.

Aseguran que a día de hoy, "continúan sin aplicarse zonas de bajas emisiones, mientras aumentan los niveles de contaminación atmosférica y el impacto climático" derivado del tráfico. De modo que las cinco ONG recuerdan que "el tranvía ha sido durante décadas un medio vertebrador del área metropolitana", conectando Vigo con localidades como Baiona, Nigrán, Redondela u O Porriño. Y sentencian que "su supresión en los años 60 supuso un retroceso histórico en movilidad sostenible".



"En un momento en el que finaliza la prórroga de la concesión actual del transporte urbano municipal, instamos al Concello de Vigo, a la Xunta de Galicia y al Gobierno central a apostar decididamente por la recuperación y modernización de este servicio, junto a su extensión metropolitana y su gestión pública directa. Es un nuevo pacto ciudadano por la movilidad basado en medios de bajo impacto ambiental", señalaron las organizaciones.

Este llamamiento local se enmarca en "una situación global alarmante". El año 2024 fue el primero de la historia en el que la temperatura media mundial superó en más de 1,5 °C los niveles preindustriales (1850–1900). Ninguna región del mundo es ajena a las consecuencias de la crisis climática, y con todo, los gobiernos siguen sin actuar "con la ambición necesaria".

Salir de la versión móvil