Portugal endurece las medidas para evitar que los contagios se disparen en una jornada excepcionalmente familiar como son los días de Todos Los Santos y Difuntos. El país, que se encuentra en “Estado de Calamidade”, ha aprobado limitar la movilidad además de aprobar el uso obligatorio de la mascarilla.
Portugal limitará la movilidad de sus ciudadanos, y también de los extranjeros, entre el 30 de octubre y el 3 de noviembre. Ningún portugués podrá abandonar su concello de residencia, aunque sí que se establecen diferentes excepciones como la de acudir a un acto cultural en un municipio contiguo.
Con todo, la norma es ambigua con lo que respecta a lo que sucede con los extranjeros. El boletín del Diario da República especifica que se permitirán “los desplazamientos de ciudadanos no residentes para locales de permanencia comprobada”, lo que permitiría acudir a un hotel, aunque una vez allí no se podría abandonar el municipio. Pero su redacción es poco clara. ¿Y qué sucede si solo vamos a dar un paseo? En este caso, sí está meridianamente claro que está prohibido y podríamos ser multados.
Según recoge la prensa portuguesa, el ministro de Administração Interna, Eduardo Cabrita, explicó este martes que las fronteras con España no se cerrarán -evitando lo que sucedió tras el confinamiento de marzo- pero confirmó que sí habrá las mismas restricciones. “Los ciudadanos no residentes deberán venir a Portugal sola y exclusivamente para la circulación autorizada: trabajo, asistencia médica o estudios”, explicó el ministro.
Además, Portugal exige desde hoy miércoles el uso de mascarilla, que se aplicará durante un periodo de al menos 70 días. Aquellos que no cumplan se pueden enfrentar a multas de entre 100 y 500 euros. Su uso es obligatorio para personas con edad a partir de los 10 años en espacios públicos y cerrados.