Se endurecen las medidas en Portugal para luchar contra la segunda ola de la pandemia del coronavirus que está golpeando con fuerza a Europa. El primer ministro luso, António Costa, anunció este sábado que el Gobierno de Portugal reforzará las medidas restrictivas para intentar reducir la propagación del virus antes de la Navidad. La nueva batería de limitaciones implicará un estricto control de los viajes, el cierre de las escuelas antes de los dos días festivos de comienzos de diciembre o el mantenimiento del toque de queda en gran parte del país.
El país vecino prohíbe desplazarse entre cualquier concello entre las 23:00 horas del 27 de noviembre y las 5:00 horas del 2 de diciembre. La medida, que se levantará ese día volverá sin embargo a implementarse entre las 23:00 del 4 de diciembre y las 5:00 horas del día 9.
El Gobierno quiere eliminar cualquier tipo de desplazamiento coincidiendo con los dos días festivos nacionales, la celebración de la Restauración de la Independencia (1 de Diciembre) y el Día de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre). Por ello, además de prohibir los viajes, se cerrarán las escuelas y el resto de actividades académicas el 30 de noviembre y el 7 de diciembre. El Ejecutivos de António Costa pide además a las empresas privadas que den a los trabajadores el día libre las dos jornadas en las que se cierran los centros educativos. La mascarilla obligatoria será ahora también requisito indispensable en el trabajo.
Por otra parte, Portugal ha decidido prolongar el toque de queda y el “cerrojazo” del fin de semana de los municipios más afectados. La medida implica que el toque de queda se aplique entre las 23:00 y las 5:00, el teletrabajo sea obligatorio y se imponga el cierre anticipado de comercio e instalaciones culturales en los municipios que acumulan más de 240 casos por cada 100.000 habitantes. Los fines de semana se prohíbe circular por la vía pública y se obliga a cerrar comercios desde las 13:00 horas. Toda la franja miñota fronteriza con Pontevedra se encuentran en esta situación.
En la frontera del Miño, la peor situación se vive en Caminha, vecino de A Guarda, y Valença, frente a Tui, que declaran riesgo extremo al contar con más de 960 casos por 100.000 habitantes. Vila Nova de Cerveira (frente a Tomiño), Monçao (frente a Salvaterra) y Melgaço (frente a Arbo) se encuentran el nivel de riesgo “elevado”, el mismo que sufren en localidades como Viana do Castelo o Paredes de Coura. Mientras tanto, en municipios como Arcos de Valdevez o Ponte de Lima el riesgo es “muy elevado” (entre 480 e 960 casos por 100 mil habitantes).
En las ciudades de Oporto o Braga la situación es de gran preocupación al encontrarse el máximo nivel de alerta, “extremo”.
En el anuncio de las nuevas medidas, el primer ministro luso, António Costa, también dijo entender que “cada día las personas se sientan más cansadas” pero invitó a que cada vez que algún portugués se sienta frustrado o cansado, se piense en los sanitarios. Con respecto a las medidas de la Navidad, el Gobierno luso mantiene por ahora silencio, aunque Costa reconoció que le “sorprendería que no hubiera estado de emergencia en Navidad”.