La transformación de la antigua estación del tren de Urzáiz, en Vigo, en un espacio intermodal en Vialia promete cambiar el centro de la ciudad y su influencia podría llegar más allá de Via Norte y la Praza da Estación. El nuevo triángulo del comercio, con Vialia, Gran Vía (Corte Inglés) y Príncipe, encuentra en este momento un punto débil en el cruce de Urzáiz con Lepanto y Gran Vía. Con una clara priorización del tráfico rodado, los peatones tienen dificultades para cambiar con rapidez de calle. Un problema que ahora necesita una solución más urgente.
La llamada de atención la realizan desde Vigo Vindeiro, una cuenta de Twitter centrada en el avance urbanístico de la ciudad. El mencionado cruce mantiene en la actualidad, según recuerdan, "un trazado peatonal deficitario". A modo de ejemplo, explican que si un peatón desea caminar desde Príncipe hasta la futura estación solo puede ir a Lepanto cruzando con "mucha antelación". Algo que, señalan, "será problemático cuando abra el nuevo CC Vialia ya que el eje comercial de Príncipe se extenderá previsiblemente hasta la nueva estación de Thom Mayne". Hoy, la decisión del peatón para cambiar de calle debe estar planificada, porque el último paso de peatones antes del cruce se sitúa a más de 70 metros de distancia. Si ya nos acercamos a Gran Vía, debemos recorrer más de 100 metros entre subir, cruzar la avenida, volver a bajar hacia Urzáiz, subir un tramo de la calle, cruzar y volver a bajar para enfilar Lepanto. Todo ello además con las esperas de semáforos que no están sincronizados para el peatón. Un auténtico rompecabezas. Se trata de un cruce obsoleto que prioriza el tráfico rodado por encima del nuevo modelo de ciudad pensado para peatones.
Teniendo en cuenta el previsible aumento de peatones una vez abra el centro comercial y se normalicen y avancen los servicios de AVE, la propuesta pasa por copiar fórmulas ya experimentadas por otras grandes ciudades en las que se buscan alternativas para cruzar de forma eficiente sin tener que dar grandes rodeos o esperar mucho tiempo en varios semáforos.
Para solucionar el problema, la propuesta de Vigo Vindeiro pasa por parar todo el tráfico durante unos segundos permitiendo cruzar en cualquier dirección a los peatones. El plan de mejora incluiría reducir la enorme entrada al parking de Urzáiz situada en el inicio de Gran Vía por otra más pequeña y funcional que no interrumpa el paso a modo de barrera. Este tipo de cruces es muy popular en otras ciudades. El más conocido (y transitado) del mundo se encuentra en Tokio, concretamente en Shibuya y está también junto a la estación de ferrocarril y autobús. Allí, se detiene el tráfico rodado en las cuatro direcciones durante unos 47 segundos.
La idea no sería del todo desconocida en Vigo. En Praza América ya se implementó un modelo intermedio de este sistema que permite a los peatones cruzar la rotonda sin tener que rodearla.
Nuestra propuesta es funcional, no estética. Planteamos permitir cruzar en todos los sentidos para mejorar el flujo de los peatones. También proponemos reducir el volumen de la entrada peatonal del parking que hay al inicio de Gran Vía facilitando el acceso desde el bulevar. pic.twitter.com/goiCgypTAr
— Vigo Vindeiro (@VigoVindeiro) August 27, 2019