Casarse por la Iglesia está de capa caída, o eso nos trasladan las estadísticas que cada año hace públicas el INE. Según los datos oficiales, todavía provisionales, el 74% de los matrimonios fueron de carácter civil el año pasado. Solamente el 24% optó por una boda católica tradicional. La diferencia es aplastante, 6.879 parejas frente a 2.250.
Por su parte, en la provincia de Pontevedra, los datos siguen la misma tendencia, con un 75% de bodas civiles frente a un 23% católicas.
El dato no es baladí, pues el número de personas que pasan por la Iglesia para oficializar su estado civil no deja de descender a pasos de gigante en los últimos años.
En 1996, primer año del que el Instituto Nacional de Estadística ofrece datos pormenorizados, las cosas eran muy diferentes. Aquellos que decidían no pasar por el altar bajo el rito católico eran una minoría. En nuestra comunidad autónoma las bodas civiles representaban el 20% del total, frente a un 79% que eran oficiadas por un sacerdote. Se produce, por lo tanto, una contundente caída de 55 puntos porcentuales en las ceremonias católicas.
Volviendo al 2016, Galicia se encuentra además entre las comunidades autónomas con menor porcentaje de parejas que optan por una boda de carácter religioso. Está además por debajo de la media española, donde el 27% eligió esta opción (frente al 20% gallego).
La edad en la que las parejas deciden darse el sí quiero tampoco deja de aumentar con el paso de los años. Si tomamos como referencia 1996, en aquel año la mayoría se encontraba entre los 22 y los 31 años, mientras que el pasado año, la franja de edad mayoritaria para contraer matrimonio se desplazó entre los 30 y los 38, pero creciendo con fuerza incluso más allá de los 40 años.