Sexto presidente autonómico desde que en mayo de 2022 tomó las riendas de la Xunta tras protagonizar el inédito relevo de Alberto Núñez Feijóo, quien abandonó Galicia para dirigir el PP estatal a mitad de mandato, Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) abre ahora una nueva etapa con carta blanca para imponer su sello propio de gestión. Él mismo lo ha dejado claro en una sesión en la que agitado su victoria el 18F.
Con 53 años pasó de ser el delfín de Feijóo a ponerse al frente del Ejecutivo gallego. Nadie en el partido esperaba otra cosa y él optó por la continuidad y por reforzar el mensaje de 'trámite' de cada paso en el relevo. Los principales cambios en su Ejecutivo llegaron, de nuevo, por decisión del de Os Peares, que en las generales se llevó a Madrid a dos de los más veteranos conselleiros: Francisco Conde y Rosa Quintana.
La primera prueba electoral fueron las elecciones municipales, pero Rueda y todo el partido eran conscientes de que el reto estaba por llegar. Y su primera decisión fue convocar, de forma anticipada, los comicios autonómicos para el pasado 18 de febrero.
Y en el día de la cita con las urnas, tras una campaña con un BNG fuerte que superó una maquinaria popular tensionada pero más activa que nunca, Rueda lo consiguió: salvó la herencia de la mayoría absoluta que había recibido de las manos de Feijóo, quien incluso públicamente le lanzó el mensaje de que solo la victoria te convierte en líder.
Galicia, un feudo popular por excelencia, certificó el 18F la quinta mayoría absoluta consecutiva para el PPdeG, dando a Feijóo, quien se entregó en la campaña en su tierra, aire en su liderazgo estatal. Pero también ha cambiado el papel de Rueda. El propio Feijóo lo verbalizó en la Junta Directiva posterior al 18F, cuando dio por "cerrada" la sucesión y ratificó al pontevedrés como 'barón' por derecho propio.
No en vano, Rueda, que ha sido investido presidente por segunda vez con 55 años, siempre ha preferido remarcar que se trata de su "primera" mayoría absoluta, consciente de que tanto él como su equipo han quedado consolidados y con manos libres para 'hacer y deshacer' con menos explicaciones.
Mantener el poder de la Xunta le permitirá superar el marchamo de presidente 'a dedo' que le acompañaba desde mayo de 2022, cuando tomó las riendas de la Xunta y del PPdeG después del salto de Feijóo a la política estatal. En sus próximas decisiones políticas, empezando por el diseño del nuevo Gobierno (en el que ha anticipado ajustes y la recolocación de competencias) se verá cómo calibra.
Natural de Pontevedra, donde nació el 8 de julio de 1968, Rueda es licenciado en Derecho y secretario municipal en excedencia --tiene la plaza en Marín--. Está casado y tiene dos hijas --su madre, Lola de Valenzuela, y su mujer, Marta Coloret, siguieron la jornada de debate de este jueves desde el hemiciclo gallego--.
Sexto presidente autonómico
Si Rueda se convirtió en sexto presidente autonómico en 2022 al relevar a Feijóo, el de Os Peares sustituyó en la Presidencia de la Xunta en 2009 al socialista Emilio Pérez Touriño, quien gobernó durante una sola Legislatura en coalición con el BNG (con Anxo Quintana como vicepresidente). Lo hizo entre 2005, cuando cayó la hegemonía de los populares en Galicia durante casi 16 años --tras perder Manuel Fraga la mayoría absoluta--, y 2009.
El presidente fundador del PP había liderado antes de Touriño la Comunidad, tras lograr en 1989 su primera victoria electoral. Desde entonces se sucedieron otras tres nuevas mayorías absolutas del PPdeG en las elecciones de 1993, 1997 y 2001. El político vilalbés fue el segundo dirigente popular en presidir la Xunta ya que, en las primeras elecciones gallegas de 1981, el PPdeG superó al partido centrista al obtener 26 de los 71 diputados del hemiciclo, por los 24 de UCD, con lo que Gerardo Fernández Albor se convirtió en el primer presidente de la autonomía gallega. El médico compostelano encabezó también la candidatura del Partido Popular en 1985 y obtuvo de nuevo el respaldo del Parlamento para continuar al frente del Gobierno gallego.
Tripartito
No obstante, una profunda crisis de su Ejecutivo a mitad de legislatura, con la división del grupo parlamentario y la renuncia de la mayoría de los conselleiros, encabezados por el vicepresidente, Xosé Luis Barreiro Rivas, propició una moción de censura que otorgó la Presidencia al socialista Fernando González Laxe. Tras este movimiento, Galicia vivió dos años de un tripartito compuesto por los socialistas, Coalición Galega (CG) y el Partido Nacionalista Galego (PNG).
Además, antes del referéndum estatutario de 1981, en la etapa preautonómica, ocuparon la Presidencia de la Xunta Antonio Rosón y José Quiroga, a propuesta de UCD, que contaba con mayoría en la asamblea de los diputados gallegos elegidos en las elecciones generales.