El XII Parlamento de Galicia ha quedado constituido este lunes con la continuidad del ourensano Miguel Santalices como jefe del Legislativo. Emocionado en la que, ha reconocido, será su "última toma de posesión" como presidente de la Cámara autonómica, ha hecho un llamamiento a la "colaboración entre todos" y "a estar a la altura de la confianza" obtenida en las urnas por los representantes de todos los partidos.
Licenciado en Medicina, con 69 años, Santalices es el diputado con más dilatada experiencia en el Pazo do Hórreo, donde entró por primera vez en el año 1997 y donde ha permanecido desde entonces. Encara su octava legislatura en el hemiciclo autonómico y está al frente del Legislativo autonómico desde la marcha de su antecesora, Pilar Rojo, en el año 2016.
Así, en una intervención llena de agradecimientos, el dirigente ourensano, ubicado durante años en la órbita del 'baltarismo', ha confesado que su sentimiento de "cariño" hacia la institución no ha variado entre su primera toma de posesión y la que, ha admitido públicamente, será "la última".
"Considero ya el Parlamento mi segunda casa", ha proclamado, antes de concluir que, si existiese "un duende" en esta jornada en la que se siente "protagonista" --aunque el foco mediático estaba sobre todo sobre la secretaria de la Mesa de la Cámara, Ethel Vázquez, quien saldrá del Gobierno de Alfonso Rueda--, se limitaría a pedirle un único deseo: "La paz mundial". Y es que las guerras, ha zanjado, "solo traen sufrimiento".
Un recuerdo para su padre
Tras saludar a los 75 diputados que han tomado posesión de sus escaños este lunes y a los familiares que les acompañaron en la tribuna de la Cámara autonómica, entre los que se encontraba su mujer, Teresa Cendón, Santalices ha reafirmado su "cariño" por la institución y ha pedido disculpas por tomarse "la licencia" de contar una anécdota personal. Así, ha rememorado el "disgusto" que se llevó su padre cuando le contó que iba a meterse en política. Según ha relatado, le afeó que arruinaría "una interesante carrera en gestión sanitaria" y le advirtió que los "muchos defectos" que él le "perdonaba" como padre, se iban a "airear". "No se equivocó y esto es algo que podríamos asumir todos los que estamos aquí y sobre lo que deberíamos reflexionar", ha advertido.
Extenso capítulo de agradecimientos
A continuación, ha recitado un extenso capítulo de agradecimientos en el que ha incluido a su partido y dirigentes que han "confiado" en él, a los trabajadores del Grupo Popular y también a sus antecesores al frente de la Cámara, de los que, ha afirmado, "aprendió mucho".
Además, se ha referido a los trabajadores del Pazo do Hórreo, que ha elevado a la categoría de "ejemplares" y ha subrayado que, como empleados del sector público tienen "una misión que cumplen" y que facilita a los dirigentes políticos poder realizar "bien" su tarea.
Tampoco se ha olvidado de los trabajadores sanitarios, de quien ha enfatizado el papel que jugaron en los tiempos duros de la pandemia, ni de quienes desempeñan sus tareas en el ámbito social. Todo ello, con un "recuerdo especial" para quienes trabajan en el sector vinculado con l salud mental, una de las "debilidades" reconocidas del presidente.
Tampoco le han faltado palabras de agradecimiento para sus compañeras de la Mesa --tanto las de la XI Legislatura (ni Corina Porro --PP-- ni Marina Ortega --PSdeG-- siguen en la Cámara) como para las que le acompañarán en esta XII: Elena Candia y Ethel Vázquez, a propuesta del PPdeG, y la nacionalista Montse Prado--. De sus compañeras en el anterior mandato, ha afirmado que discutieron "mucho" porque "hay que discutir". "Pero valoro su lealtad, su trabajo y que hubiésemos actuado como un vestuario único", ha esgrimido.