Se hunde la acera en una de las calles del centro de Vigo

Así empezó a hundirse la acera. Horas más tarde, el socavón duplicaba el tamaño

Un nuevo obstáculo en una de las vías más peligrosas del centro de Vigo. Si hace poco más de un mes los vecinos y vecinas se quejaban del mal estado de la calle Llorente, ahora el empeoramiento de la situación les da la razón por completo. Este mismo miércoles, la acera se ha venido abajo para sorpresa de los viandantes.

Poco antes de las 15:00 horas, el suelo ha vencido dejando un socavón a lo ancho de la estrecha acera que conecta Pi y Margall con Santa Marta. Si en un primer momento este agujero ocupaba dos losetas, una hora más tarde el hueco se amplió a un espacio difícilmente salvable, especialmente para los vecinos y vecinas con algún tipo de dificultad en la movilidad.

Cabe destacar que más de dos horas después, aun con el agravamiento del socavón, todavía no estaba precintada la zona ni señalizado el peligro para los peatones.

Denuncian el riesgo de esta calle

En su momento, quienes residen en la zona ya denunciaron a este medio la grave situación que viven. Para ellos, esta calle lleva tiempo suponiendo un riesgo con estrechas aceras plagadas de obstáculos como adoquines levantados y vehículos que circulan a ras. Familias con carritos de bebé o personas con muletas o sillas de ruedas extreman las precauciones al girar la esquina de Santa Marta.



Ahora, señalan que este susto confirma la necesidad de atender a esta zona de la ciudad. Técnicamente, su humanización está contemplada en los planes de desarrollo del Barrio do Cura. La propia Gestilar presentó en un vídeo promocional la intervención en estas calles, en las que promete una ampliación de las aceras y la instalación de ejemplares vegetales para proteger al peatón del tráfico rodado. No obstante, la empresa no quiso responder en su momento a este medio al ser preguntada por plazos o si esta era una intervención prioritaria.

Sin embargo, donde sí ha actuado la promotora del Barrio do Cura es en el Paseo de Alfonso. Allí se ha vallado parte del mirador desviando el paso de los peatones por una plataforma de hormigón creada para poder continuar con las obras. Así, los vecinos y vecinas aseguran sentirse desprotegidos en una acción tan cotidiana como pasear con sus familias o ir al trabajo.



 

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