SonRías Baixas, esa maravillosa montaña rusa de locura y emociones

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Otro festival que se acaba. El pasado fin de semana finalizó la XVII edición del festival SonRías Baixas en la localidad pontevedresa de Bueu. El día grande se desenvolvió en dos partes: conciertos gratuitos al mediodía para posteriormente, tras unas horas de descanso para coger fuerzas, cerrar la última gran noche del festival.

El pistoletazo de salida se dio a las 12:00 horas con el recital de la banda sorpresa, que serían los cangueses Poetarras. El plato fuerte de esta parte del día sería SÉS, tocando a las 13:30, provocando grandes colas en las taquillas del recinto al tratarse de dos conciertos gratuitos para todo aquel que quisiera asistir. Tanto la coruñesa como el público morracense tuvieron gran complicidad con elogios mutuos durante el recital. Unas de las anécdotas más destacadas sucedió cuando a mitad del concierto le regalaron un libro a la cantante. SÉS prometió volver y esperemos que sea así.

La música volvió a sonar a las 20:15 gracias a Boikot que asaltaron el Escenario Super Bock mientras el sol ya comenzaba a ponerse. Su concierto fue un concierto contundente como pocos se vieron en el festival. Con un sonido que les respetó en todo momento, a pesar de los altos decibelios que alcanzaron en todo momento, el público vibró con clásicos ya inmorales como Kualquier día, Inés o Sin tiempo para respirar.

El turno llegaba entonces para Segismundo Toxicómano, uno de los grupos que más se quería ver en la zona tras su reunión en 2017. El suyo fue uno de los conciertos para el recuerdo. Si Boikot sonó bien, ellos no fueron menos. Si los madrileños lo hicieron alto, estos auténticos supervivientes de la música nacional lo hicieron todavía más. Puede que los primeros ganaran en energía sobre el escenario, pero los segundos fueron un conjunto más compacto y firmaron un directo recomendable al 100%.

Posteriormente sería subían el Escenario Fest Galicia, los bilbaínos Zea Mays con su pop-rock cantado en el idioma de su tierra, el euskera, provocaron que el público del festival SonRías Baixas enlazara con los dos grupos fuertes del día grande, La Pegatina y Dakidarría.

Los catalanes entonaron los primeros acordes pasadas las 00:15 de la noche, a pesar de mover a mayor cantidad de público de la jornada, también fue el conjunto que más polémica trajo consigo ya que en las primeras filas se pudieron ver carteles en contra de su participación en Eurovisión 2019 celebrada en Israel, acusándoles de partícipes por componer la canción que representaría a España en dicho certamen. La Pegatina sonó bastante bien. Fue capaz de trasmitir la alegría que tanto les caracteriza a un público que lo dio todo de principio a fin, contando con la participación de una de las concursantes de la última edición de Operación Triunfo, la gallega Sabela. A lo largo del recital no faltaron temas como “Mari Carmen” o “Lloverá y yo veré”, que todos los asistentes no dudaron en corear ni un instante.

Por último, el grupo gallego Dakidarría no defraudó al público del SonRías Baixas 2019. A pesar de parar su concierto en la segunda canción para que atendieran a una persona que necesitaba servicios médicos, desataron la locura en todo el festival. No faltaron temas como “Compostela” o “Terra”. Además, consiguieron provocar el pogo más grande del evento con ayuda del público que no defraudó dando por concluida la 17ª edición del SonRías Baixas tras tres grandes jornadas de buena música en Bueu.

Esperemos que el año que viene este festival cumple la “mayoría de edad” con otra edición que un año tras otro no falla teniendo ya a sus “fieles” que convierten en tradición ir a Bueu el primer fin de semana de agosto. Por otro lado, es necesario la existencia de estos festivales que promocionan la música nacional y gallega dando altavoz a múltiples bandas que permiten darse a conocer a un importante número de personas.

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