Lo decíamos en la previa de la playlist. Pocos días uno se despierta de cama y tiene la sensación de que está ante un día inolvidable. Castrelos recibía a una de las grandes leyendas de la historia de la música. Los fans más fieles del artista británico ya fueron completando las gradas del anfiteatro a medida que avanzaba el sábado. Vigo se convertía en una ciudad británica con una niebla que ponía fin a la intensa ola de calor que afectó a la ciudad olívica y a otros puntos de la comunidad gallega. Un día gris para vivir una noche brillante.
Castrelos se llenaba. El Auditorio de Castrelos se quedaba pequeño horas antes de que empezasen a sonar los acordes de ese concierto que Vigo llevaba esperando dos años. Todo estaba saliendo según lo planeado. En las horas de espera para los afortunados y organizados que cogieron sitio para ver el concierto del británico de forma gratuito desde la zona privilegiada de las gradas del anfiteatro del parque vigués. Mantas, sombrillas para aquellos que pensaron que iba a haber un día soleado, jugar a las cartas o conversaciones sobre la visita de Sting a unos cines del centro de la ciudad amenizaron una esperas que concluyó de forma puntual. A las 22:00 horas el primogénito del excomponente de The Police, Joe Sumner era el encargado de poner banda sonora a los minutos previos a que uno de los mejores músicos de todos los tiempos dejase huella en Castrelos.
Al filo de las 23:00 horas, llegaba el momento cumbre. Pocas sorpresas en el inicio. "Message In A Bottle". Pura música. La leyenda recibía la ovación de las miles de personas que llenaban el parque vigués antes de que su voz se fusionase con la naturaleza apabullante que posee el pulmón verde del centro de la urbe gallega. Chaqueta amarilla, el bajo con el que forjó su brillante carrera y micrófono de corbata. En tan solo unos segundos, el aguijón del genio, "el maestro", según Abel Caballero, ya estaba ejecutado ante un público deseoso de bailar y corear cada una de la cerca de veinte temas que forman parte de la gira "My Songs", las canciones que han llevado a Sting a convertirse en un mito de la música.
"Buenas noches Vigo", saludaba el ex de The Police a su entregado y ferviente ejército de fans. En cada silencio, el público llenaba con su voz cada estrofa en la que Sting ponía a prueba a su audiencia, que no paraba de vibrar y de bailar en un concierto que, debates aparte, será inolvidable. En pocas ocasiones una leyenda de la dimensión del británico actúe en un lugar como el Auditorio de Castrelos.
La entrega de las 5.000 personas que abarrotaban la platea y las 14.000 que llenaban las gradas del anfiteatro convertían sus aplausos en un elemento más de percusión de la banda de Sting. Uno de los momentos más singulares llegó con el quinto tema, "Por su amor", canción en castellano que se ha convertido en un clásico en el repertorio del tour "My Songs". "Qué control, cómo lo domina todo", clamaba un público que degustaba cada acorde y cada verso de esa veintena de canciones que, quizás para muchos, sea el mejor concierto de la historia. El debate está abierto. ¿Mika? ¿Leonard Cohen? ¿Y en afluencia superó a Yatra o Leiva? ¿Lo superará Dani Martín? La mejor noticia es que el gran ganador de este debate es Vigo y, sobre todo, el Auditorio de Castrelos, que es, sin duda, la catedral de la música en directo de Galicia.
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