The Ritz Carlton, a través de su filial Cruise Yacht Yardco Ltd, ha confirmado esta mañana que ha adquirido oficialmente el 100% de las acciones de HJ Barreras.
La compañía estadounidense ha pugnado durante meses por hacerse con el control absoluto del astillero vigués, en una transacción “compleja”, como la definen desde el propio grupo, con el objetivo de salvar al astillero para poder así finalizar su crucero de lujo, que se construye en la dársena viguesa.
Tras esquivar la quiebra en el último momento, a comienzos de 2020, comenzó la reestructuración de HJ Barreras comandada por el grupo hotelero de Miami. En mayo, Pemex, hasta ese momento socio mayoritario, se deshizo de su participación vendiéndosela a Ritz Carlton, abriendo entonces el camino a su control del mayor astillero privado de España. La mexicana está siendo además investigada por la Justicia del país azteca por presunta “corrupción”. Supone un fiasco para el Gobierno de Núñez Feijóo que intercedió en la compra en 2012 por 5,1 millones prometiendo que se construirían cinco buques. Ninguno de ellos llegó a construirse y el astillero inició un camino directo hacia el concurso de acreedores.
El último alfil en caer era el otrora todopoderoso García Costas, que controlaba el 24,5% del astillero a través de Emenasa, a su vez uno de los principales proveedores de Barreras. Costas había sido ya cesado como presidente, pero ejercía todavía en el consejo de administración.
Tras el cierre con éxito de la reestructuración de HJ Barreras en mayo de este año, ya existe un equipo de gestión totalmente renovado. “Este ha sido un viaje desafiante y al mismo tiempo tenemos mucho por lo que estar agradecidos. Un incontable número de profesionales de toda España ha trabajado incansablemente con nosotros para ayudar a garantizar que HJ Barreras pueda concentrarse en las oportunidades que tiene por delante”, ha comentado Douglas Prothero, CEO de Cruise Yacht Yardco Ltd.
Prothero promete no solo acelerar y finalizar su crucero de lujo, el Evrima, sino comenzar “nuevos proyectos para el astillero”. Está ahora por ver si en su enésima crisis, el naval gallego logra al fin afianzar un proyecto a largo plazo, rentable y bien gestionado, que sostiene a miles de trabajadores.