El hombre de 86 años de edad, Luis G.A., acusado de intentar matar a su vecino en Baiona (Pontevedra), ha aceptado la pena de 5 años de prisión como autor de una tentativa de homicidio con la atenuante de embriaguez, aunque no ingresará en la cárcel debido a su edad y a su dependencia del alcohol.
Así se ha acordado en una vista de conformidad celebrada este miércoles en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. La Fiscalía, que pedía inicialmente para él 9 años de cárcel, ha rebajado la pena a 5 años. Igualmente, al hombre se le ha impuesto la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima o de comunicarse con él durante 15 años, y deberá pagar, en concepto de indemnización y costas, 20.000 euros.
Tendrá que dejar el alcohol
La sala, tras informar favorablemente las partes, también ha acordado suspender durante 5 años el ingreso en prisión con la condición de que Luis G.A. no delinca en ese tiempo, pague los 20.000 euros, cumpla la medida de alejamiento y siga un tratamiento de deshabituación del alcohol.
El tribunal ha confirmado que la responsabilidad civil sería abonada por la hija del acusado, en cuatro mensualidades descontando una parte que ya ha sido consignada.
El acusado ha protagonizado una anécdota al ser informado por la sala de la pena que se le imponía. Al comunicarle que tenía orden de alejamiento hasta dentro de 15 años, Luis A.G. se ha dirigido al presidente del tribunal para preguntar: "¿Usted cree que voy a estar aquí (dentro de 15 años)?".
El magistrado ha respondido al procesado que "nunca se sabe, porque ahora la vida es más larga", aunque ha matizado que, en caso de fallecimiento antes de ese tiempo, se extinguiría la responsabilidad penal. "De todos modos, no estamos aquí discutiendo sobre su plazo de vida, éstos son hechos de cierta gravedad", ha zanjado el juez.
¿Qué pasó?
Según el escrito de acusación pública, los hechos ocurrieron en mayo de 2022, cuando la víctima, de 67 años años de edad, estaba lavando su furgoneta y su vecino de 85 años se aproximó y le cerró el grifo del agua, iniciándose una discusión entre ambos.
El acusado, para impedir que el otro hombre volviera a abrir el grifo, se abalanzó sobre él con un cuchillo y se lo clavó en el abdomen, axila, brazo y espalda. Ambos forcejearon y, aunque la víctima logró apartar al agresor, éste hizo ademán nuevamente de acometerlo. Finalmente, el perjudicado logró coger un cepillo de lavado para defenderse, ante lo que el acusado se marchó del lugar.
Según el escrito del Fiscal, el acusado se encontraba en estado de embriaguez cuando ocurrieron los hechos, de manera que, aunque mantenía su capacidad intelectiva, su capacidad volitiva estaba disminuida en grado moderado.