Tras las vallas por las que cientos de viguesas y vigueses se imaginan cada detalle del Halo, Metropolitano.gal se introduce en esos inmensos brazos de una obra que, además de coser la cicatriz que genera la autopista en pleno centro de la ciudad, pretende convertirse en un icono de la urbe gallega. Dos caminos diferentes. Dos sendas que conducen a los dos elevadores que en menos de 30 segundos conectarán la zona de García Barbón con Vía Norte. Una, al aire libre; la otra, cubierta. "Es la obra del siglo", expresa Abel Caballero inmerso en su estado de optimismo habitual.
Los brazos del Halo vivieron a comienzos de esta semana uno de los momentos más trascendentales para el proyecto. La obra afrontaba una de las cuatro pruebas de carga que garantizarán que todo está correcto de cara a su próxima inauguración, un estreno que Abel Caballero prevé que se produzca a finales del mes de enero. Para ello, se han ido colocando bidones de agua que suman 45.000 kilos para asegurar que la estructura aguantará todo el peso necesario en el futuro.
La obra del ascensor Halo es única. Cada una de las piezas que conforman la icónica actuación han sido diseñadas y fabricadas única y exclusivamente para este doble elevador de brazos gigantes que sobrevuela la AP-9 y que abraza el edificio creado por el Pritzker de Arquitectura Thom Mayne que acoge Vialia Vigo y la estación de tren de Urzáiz. Pero, tal y como indican fuentes municipales, el objetivo es que la obra del Vigo Vertical diseñada el estudio vigués AM2 Arquitectos, Arenas y Asociados y la lusa NOARQ es que pueda ser también un mirador y un lugar de paseo para aquellas personas que quieran disfrutar de una panorámica única, un balcón hacia la Ría que convivirá con los tejados de los edificios de García Barbón y Areal, así como la estación de autobuses.
La obra afronta ahora la fase final hacia su apertura en las próximas semanas. Los aerogeneradores que permitirán el funcionamiento de los dos elevadores que componen el Halo ya están instalados. Los obreros se afanan en completar la unión de las dos pasarelas a la plaza pública de Vialia Vigo. En el otro extremo, los dos ascensores también esperan para empezar a transportar a miles de personas. Cada una de las cabinas posee unas dimensiones de 2,73 metros cuadrados y una capacidad para 17 personas, lo que posibilita que en menos de 30 segundos un máximo de 34 personas pueda salvar el desnivel de 45 metros que separará la calle Serafín Avendaño con Vía Norte, lo que supone transportar más de 4.000 personas a pleno rendimiento.
Desde Praza do Rei destacan la singularidad del Halo. "No somos conscientes de que haya un ascensor de estas características en el mundo", se destaca. Además de ser un nuevo elemento del Vigo Vertical y de convertirse en un paseo y mirador para los vigueses, otra de las claves del proyecto ha estado en crear un espacio "cómodo para sus usuarios", con dos muros de un metro de ancho y cerca de 1,3 de alto a cada lado. El objetivo no es otro que evitar la sensación de vértigo, algo que se ha testado con pacientes que sufren vértigo patológico.
Las obras del ascensor Halo arrancaron en septiembre de 2022 y afrontan ya su recta final. La actuación se cifró inicialmente en 7,2 millones, pero tras varias modificaciones del proyecto la inversión total estará en los 15,7 millones de euros, de los que seis millones proceden de fondos europeos. La construcción corre a cargo de la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Ferrovial y Oreco Balgón.
El Halo, un faro urbano en el centro de Vigo
Otro de los aspectos destacados del Halo será su iluminación, que ya ha acaparado el interés y la curiosidad de los vigueses durante las pruebas realizadas hace unas semanas. La luz cubrirá tanto la torre de los dos ascensores como las caras exteriores de las dos pasarelas. En total, se iluminarán 1.320 metros cuadrados de vidrio y 1.035 metros de pasarela a través de 220 luminarias con 8.800 puntos LED.
La tecnología implantada permitirá generar cualquier gama o tonalidad de color y temperatura de blanco, por lo que la iluminación del Halo podrá conmemorar festividades y efemérides con colores representativos como puede ser el Día Internacional de la Mujer, la Reconquista de Vigo o una celebración del Celta.
La iluminación del Halo se completa con el alumbrado urbano del viario en los accesos y en la urbanización, así como la iluminación arquitectónica integrada en las fachadas de ascensores, formada por iluminación indirecta led sobre las superficies de hormigón blanco. Esta apuesta por la iluminación del Halo responde a la necesidad de integrar el proyecto en el conjunto urbano y conformar un nuevo elemento identitario en el skyline de la urbe gallega.
El vidrio, un elemento único
El proyecto diseñado por el estudio vigués AM2 Arquitectos, Arenas y Asociados y la lusa NOARQ cuenta con el vidrio como otro de sus elementos más especiales y singulares. La "piel" que cubre la torre y las dos pasarelas del doble ascensor consta de un total de 136 paneles que permitirán afrontar a esta actuación vientos de más de 100 kilómetros por hora.
Este vidrio "ultrarresistente", algo comparable solo en el mundo a la sede de Apple en Cupertino, que cubre el Halo permite que la obra mantenga una estética de objeto blanco, puro y tecnológicamente avanzado. Además de los vidrios exteriores, la actuación cuenta con unos vidrios interiores que separan a los usuarios de la estructura, protegiendo la iluminación e instalación y creando ese efecto desde el interior de la pasarela cubierta de iluminación blanquecina en tiempo nocturno. Otro de los aspectos únicos de estos vidrios interiores es que son correderos, lo que facilita el mantenimiento de la iluminación y la estructura.
El vidrio del Halo se ha desarrollado y fabricado a menos de 30 kilómetros del centro de Vigo, en Ponte Caldelas, en Pontevedresa Group, que han sido los encargados de realizar esta obra de complejidad técnica e industrial. Un material único que fue mecanizado, tratado y vitrificado cerámicamente, templado, curvado y laminado con tecnología estructural frente a huracanes que ha alcanzado un récord de adhesión en laminado sin precedentes en la industria durante los pull test realizados por laboratorios alemanes sobre las probetas extraídas durante el proceso de fabricación, así como resistencias de templado de 170 Mpa propios de sectores tan exigentes como el naval.
La piel del Halo que cubre un de los "brazos" da una sensación de "ver y no ver" el exterior, una visión idónea para aquellas personas que sufren vértigo, al mismo tiempo que otorga cierta privacidad a los residentes en las Torres Ifer.
Otro punto destacado en la apuesta por este vidrio "ultrarresistente" fue la instalación en la estructura. Realizada hasta a 50 metros de altura con piezas de gran formato jumbo curvadas, desde el punto más bajo en Serafín Avendaño, estas operaciones requirieron no solo medios especiales, sino de numerosas y delicadas operaciones de aproximación y ajuste que pudieron llevar varias horas por pieza en función de las condiciones meteorológicas como por el viento, ya que el efecto vela de cada una de estas piezas es muy elevado y cualquier mínimo contacto con la estructura podía ser fatal, lo que certifica la complejidad de la obra del Halo, una actuación que será inaugurada por los vigueses aproximadamente a finales del mes de enero.
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