Un ubicación ideal, con vistas espectaculares y tapas deliciosas, esas son las tres claves que ha querido reunir la nueva aventura gastronómica que ya está instalada y abierta al público en Canido. Los responsables de este nuevo local son expertos en adaptarse a lo que Vigo pide, y lo demuestran con esta propuesta.
Con el verano, La Tapadera ha llegado también a la playa. Natalia Rey y Andrés Otero aterrizan en Canido después de una exitosa experiencia en el Casco Vello de Vigo. Aunque surgieron con una moderna propuesta de poke bowls en el centro de la ciudad, decidieron metamorfosear hacia un local de tapas tras escuchar lo que el barrio les pedía.
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Así, supieron adaptar su propuesta inicial y evolucionar hacia un espacio especializado en cremosas croquetas y tortillas poco hechas. Con el tiempo, se ha convertido uno de los locales de tapeo de referencia en el Casco Vello, desde su ubicación en la rúa Teófilo Llorente. Ahora, buscan replicar este éxito en su nueva localización.
Natalia asegura que, con el poco tiempo que llevan instalados, han notado una gran expectación en Canido. "Lo bueno que tiene es que hay mucha comunidad, por lo que la gente comenta lo que sucede en la zona y las noticias vuelan", comenta. Tanto es así que, bromea, "la gente supo que abríamos allí antes de que lo decidiéramos".
Algo que no es tan raro, ya que no pasó ni un mes entre que tomaron la decisión e inauguraron este nuevo local. Esto responde a su estrategia de crecimiento, buscan desarrollar proyectos que realmente funcionen y que sean fácilmente escalables, por lo que ya tenían aprendidas todas las claves para la próxima aventura.
La nueva propuesta en Canido
Nuevo local en la rúa de Canido 221, pero una oferta similar. Esta nueva versión de La Tapadera sigue buscando ofrecer una sabrosa comida, y un precio para todos los bolsillos. Natalia tiene claro el concepto en Canido, "la gente quiero poder disfrutar de unas tapas deliciosas en una terraza agradable sin tener que gastar mucho dinero". Y este nuevo lugar promete ofrecer eso cada día.
Con un precio medio de 15 euros por persona, aseguran que el público encuentra allí un lugar ideal para disfrutar de las tardes de verano. De hecho, han encontrado la combinación perfecta: "Cuando hace buen tiempo este nuevo local está lleno, y cuando está nublado la gente prefiere quedarse por el Casco Vello y también confían en nosotros".
Lo cierto es que no tenían pensado expandirse por el momento, pero con la buena marcha del negocio lo único que les preocupa por el momento es no morir de éxito. Eso sí, confirman que no abrirán ningún nuevo local, de momento.