NO DEPENDAS DEL ALGORITMO
Lo vivido este domingo 25 de mayo en Vigo deja muchos momentos reseñables. Quizás algunos se diluyan, aguardando por el reposo o la reflexión que tienen la conversación con otros celtistas. El EuroCelta ha vuelto, y lo ha hecho a lo grande. Su masa social parece indestructible, al igual que se bloque de Claudio Giráldez capaz de sobreponerse a toda adversidad que vaya surgiendo durante los 90 minutos que dure un partido. Porque sí, quizás este equipo y esta afición son las que más tengan sus venas esa afouteza de la que tantas veces ha hecho gala el club. El cuadro celeste se paseó este domingo por algunas calles de la ciudad a bordo de un bus descapotable para celebrar con los suyos una hazaña histórica. "Es un sueño ver que un equipo de amigos conseguimos esto", señalaba Claudio Giráldez ya en Praza América ante un público que abarrotaba toda la zona de As Travesas.
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La jornada festiva que consuma el retorno del EuroCelta no solo sirvió para ver a Claudio Giráldez presumiendo de cantera. Eso es hasta previsible. También la presidenta, Marián Mouriño, pudo celebrar su cumpleaños más multitudinario. Pero para lo que permitió el evento que tiñó de celeste las calles de la urbe gallega esta calurosa tarde de un 25 de mayo fue para escuchar al celtismo. Una vez llegaron los jugadores a la Porta do Atlántico ya empezó uno de los cánticos más coreados. "Moriba, quédate". El deseo fue a más, incluso cuando apareció en escena Marián Mouriño el lema mudó a "fíchalo, fíchalo", lo que provocó que la máxima mandataria celeste llamara al ex de FC Barcelona, Valencia o Getafe para saludarse.
Esas peticiones de pertenencia también fueron para Óscar Mingueza, Sergio Carreira o Alfon. De hecho, con el extremo de Albacete, una parte de la gente entonó el "es sevillista el que no bote eh". Como decimos, la fiesta europea de este nuevo EuroCelta, el más canterano de la historia, permitió ver un pequeño tributo a Bamba, con Hugo Sotelo portando durante la celebración la zamarra del jugador de Costa de Marfil que se marchó en el mercado de invierno. Se bailó y se disfrutó, con un Cervi que ejerció de speaker y donde la hinchada mostró algunos de sus deseos ambiciosos, como el "Javi Selección" o el "Golden Boy" para Fer López.
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Tras varias horas en Praza América, que registró la afluencia de las grandes citas, el celtismo cerró la temporada por todo lo alto. Ahora empieza un nuevo capítulo, igual que ilusionante. El desafío es mayúsculo ahora para el proyecto de Claudio Giráldez y Aspas. Curiosamente, el técnico y la estrella celeste estuvieron juntos mucho tiempo durante la celebración de esta fiesta europea. Las esperanzas de seguir creciendo y, sobre todo, de hacer realidad ese sueño de levantar el título dependen en buena parte de ellos. Eso sí, el balón deja de rodar, pero el fútbol no termina para el Celta. Es el momento de Marco Garcés y del área técnica para confeccionar un EuroCelta que siga pudiendo hacer cosas grandes como las conseguidas en este curso futbolístico 2025/25 que acaba de expirar.