Se mantiene "enquistado" el problema del autobús urbano en Vigo. Este viernes ha tenido lugar la enésima reunión entre el comité de empresa y Vitrasa para intentar solucionar un conflicto que lleva afectando al transporte urbano de la ciudad olívica desde hace años y que, desde el pasado 25 de noviembre, mantiene una huelga indefinida entre sus trabajadores. Una vez más, no ha habido acuerdo entre ambas partes, pese a ser el cuarto encuentro con mediadora.
Con propuestas semejantes a las ofrecidas en anteriores reuniones y pese a que la mediadora “intentó utilizar todas las balas para poder acercar posturas”, según trasladan fuentes sindicales, el comité y la empresa vuelve a estar citados para el próximo viernes día 23 de febrero a las 11:00 horas ante la falta de acuerdos en este encuentro. Mientras tanto, se mantendrá la huelga indefinida y las movilizaciones por el centro urbano de Vigo.
Si bien en anteriores reuniones la empresa argumentaba a los trabajadores que no puede tomar decisiones de subida de sueldo hasta que conozcan las cifras de reequilibrio económico que pagará el Concello de Vigo para compensar los años de pérdidas durante la pandemia, en esta ocasión la preocupación estaba enfocada en la recuperación de viajeros. “Por un lado se quejan, pero por otro tampoco ponen de su parte para poder llevarlo a cabo”, expresan desde el comité, a lo que apuntan a que “deberían pensar que estas condiciones son una inversión, ya que nosotros volveríamos a trabajar y se podría empezar a recuperar viajeros”.
En un comunicado, la propia Vitrasa ha asegurado que este jueves aceptó transformar su oferta, con una subida salarial aplicada desde el año 2021, "tal y como se pedía desde la parte social, pero esta propuesta también fue rechazada". "El comité de empresa sigue con una propuestas desorbitada y, sobre todo, con una actitud inmovilista que lo único que persigue es perjudicar a los ciudadanos y a los propios compañeros", ha criticado Vitrasa.
Protestas en el Pleno
Este mismo lunes 12 de febrero, en el Pleno extraordinario del Concello de Vigo para tratar la “decesión de la Xunta de dedicar cero euros a la reforma de Balídos” los trabajadores de Vitrasa volvieron a interrumpir la sesión para pedir explicaciones al regidor vigués, Abel Caballero, quien pidió un receso y abandonó el pleno durante unos minutos. “Qué vergüenza, le preocupa más la grade de un estadio de fútbol que el transporte urbano de la ciudad”, denunciaban los trabajadores. Todo ello, después de que la pasada semana se conociese que el Gobierno municipal vetaba la asistencia a sete empleados de la concesionaria del transporte urbano vigués, entre ellos el presidente del comité de empresa, Imanol Arnoso.
Esto se produjo tras los los los incidentes ocurridos en los plenos del 28 de diciembre y el 29 de enero, donde se identificaron a estos siete trabajadores. En la sesión del 29 de enero las protestas de los empleados de la concesionaria del bus urbano de Vigo motivó la expulsión del pleno mientras los operarios de Vitrasa eran expulsados de la sala por orden de la Presidencia, que por aquel entonces ocupaba Carmela Silva, que llegó a tener un enfrentamiento dialéctico con el portavoz del BNG vigués, Xabier Pérez Igrexas.