La AECT Río Miño busca ahora el amparo de la Unión Europea para poner fin al largo cierre de la frontera en el sur de la provincia. La agrupación, que engloba a 26 concellos de Galicia y Portugal insiste en solicitar a los gobiernos de España y Portugal que la decisión de poner fin al estado de emergencia portugués conlleve la apertura de las fronteras “de manera inmediata”. El coronavirus ha traído a nuestras vidas situaciones que jamás imaginaríamos, pero también ha contribuido a despertar viejos fantasmas del pasado. Unas de las políticas más temidas durante décadas por Bruselas, ha regresado tras décadas en el olvido. Las fronteras han vuelto con la pandemia y la franja miñota, acostumbrada a pensar en ellas solo como algo del pasado, ha vuelto a experimentar las dificultades de crear cierres fronterizos en una población que siente y vive como una única entidad.
Aunque el cierre fronterizo debería finalizar este viernes, cuando se pone fin al estado de emergencia en Portugal, el Gobierno luso se ha mostrado poco predispuesto a volver a permitir el tránsito libre. En una visita a Valença esta misma semana, el primer ministro del país vecino, António Costa, no quiso poner una fecha para levantar las restricciones tras ser recibido con pancartas y abucheos pidiendo la reapertura cuando inauguraba los trenes eléctricos que conectarán Valença con Oporto.
El vicedirector de la AECT, el tomiñés Uxío Benítez, apuntó este miércoles que “no tendría ningún sentido que se anuncie la no renovación del Estado de Emergencia y no lleve pareja la apertura [de la frontera]”. Los vecinos de A Raia llevan más de tres meses con la frontera cerrada, lo que ha creado enormes dificultades para una población acostumbrada a vivir en comunidad como si de un único país se tratara.
Así, con el objetivo de llamar la atención de todas las instituciones, así como de los medios de comunicación, la AECT instaló una gigantesca pancarta reivindicativa en el denominado Ponte da Amizade situado entre Tomiño y Cerveira en la que se puede leer "EU Help. Open the border", en relación con la necesaria llegada de fondos europeos para reactivar la economía de la zona. La AECT exige a los gobiernos el anuncio de medidas concretas para compensar a los territorios como el del Miño que sufrieron un grave deterioro económico por duplicado, tanto por la pandemia en sí, como por el hecho de estar en una ubicación transfronteriza.
El estudio del impacto socioeconómico encargado por el organismo fronterizo a la Universidade de Vigo sobre el primer confinamiento y el cierre de la frontera entre Pontevedra y Portugal reveló que se producirá una caída del Producto Interior Bruto de más de ochenta millones de euros en los 26 municipios del territorio transfronterizo del Miño solo en ese periodo. La caída derivada del efecto frontera en el comercio fue de un 14,18% sobre el efecto del confinamiento, y en la hostelería y restauración fue de un 16,53%. Los expertos, que ya están trabajando con los datos del cierre de 2021, señalan que el efecto y la bajada del PIB será mucho mayor en este ejercicio.