Varios centenares de militares se reúnen en Galicia hasta el próximo viernes para participar en la activación 'Eagle Eye 25-02', con la que se pretende "integrar" las capacidades de los Ejército del Aire y del Espacio, Ejército de Tierra y la Armada en el sistema de defensa aérea nacional para "entrenar la capacidad de reacción".
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"Lo que se intenta es reforzar un poco la cadena de mando y el plan de reacción del sistema de defensa nacional frente a cualquier tipo de amenaza aérea", explica en una entrevista el teniente Ferrández, del Ala 14, situada en Albacete, y piloto del avión de caza 'Eurofighter'.
Por parte del Ejército del Aire y del Espacio, participan seis aviones como este en misión 'Quick Reaction Alert' (QRA), es decir, prevenidos para salir en cualquier momento. Por ello, el Aeródromo Militar de Santiago acoge esta semana a más de 80 militares de la unidad albaceteña, entre tripulaciones y personal de mantenimiento y de apoyo.
Estos equipos pueden alcanzar dos veces la velocidad del sonido, es decir, hasta más de 2.400 kilómetros/hora, y pueden estar en el aire "hasta que el piloto ya no aguante más volando", gracias a un sistema de repostaje aéreo.
El protocolo durante la activación que ensayan esta semana es siempre el mismo. Tras la identificación de un avión enemigo desde la Base Aérea de Torrejón (Madrid), suena una sirena y los pilotos deben estar listos para volar. "Tenemos que tenerlos [los aviones] preparados para salir con antelación", explica el brigada José Luis Jiménez, destinado en el centro de control de mantenimiento del ala 14, en Albacete.
"Integración" de los ejércitos
En cuanto al Ejército de Tierra, la Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA) 'Cancerbero' se ha desplegado en los alrededores de la localidad coruñesa de Noia y de Santiago de Compostela. Por su parte, cuentan con los sistemas de misiles antiaéreos Patriot, Hawk y Mistral, entre otros dispositivos de defensa. Esto implica la participación de unos 275 militares provenientes de diferentes puntos de la geografía española.
Por parte de la Armada, la fragata F-103 'Blas de Lezo' navega en aguas del océano Atlántico con el cometido de integrarse en el sistema de defensa aérea, al que aportará capacidades de vigilancia y defensa antiaérea.
Esta colaboración entre ejércitos ayuda a fortalecer las capacidades de cada uno. "La coordinación consiste en intentar darnos el máximo apoyo mutuo posible, de tal manera que una fragata que pueda estar en medio del océano pueda ser de ayuda a la hora de hacer nuestra tarea, utilizando su radar o incluso su armamento", resume el teniente Ferrández, que explica que la capacidad de almacenaje de los aviones de combate "es más limitada de la que tiene un barco".
Para el brigada Jiménez, esta cooperación es igualmente fundamental: "Todos somos un conjunto. Si es una misión real, cuanto más instruidos estemos todos juntos, mejor saldrá todo". Además, esta activación trabaja la coordinación entre unidades territoriales. "Nunca sabemos cuándo puede hacer falta o en qué parte de la península puede hacer falta de repente desplegar una unidad de combate", señala el piloto.
"Cuando estamos en casa todo el mundo está muy acostumbrado allí a trabajar con aviones de combate, pero al final los despliegues en bases que no son propiamente de caza pues ayudan un poco a que la gente se familiarice con los procedimientos de este tipo de aviones", añade Ferrández a su reflexión.
Aviones caza en Galicia
De entre los seis 'Eurofighter' actualmente desplegados en Santiago, algunos están listos para despegar en 15 minutos; otros en una hora, y otros tienen un tiempo de reacción mayor. De esta manera, cuando se detecta la amenaza, se sacan aviones en el tiempo de respuesta asignado a cada caza.
"Se empieza poniendo un avión que simuladamente es enemigo y, desde ahí, se entrenan las reacciones a todos los niveles", explica Ferrández sobre el protocolo de acción que ensayan esta semana. El periodo de disposición de pilotos como él en situación real es de 24 horas, pero en activaciones como esta "se ajusta un poco para respetar el descanso de las tripulaciones".
La plataforma a la que pertenecen estos seis aviones se llama 'multirol'. Por una parte, tiene capacidad de combate aire-aire, con diversos tipo de armamento, y también aire-suelo, de forma que tienen un sistema de designación láser y pueden cargar bombas, entre otras funciones.
"Incluso se pueden combinar con diferentes configuraciones para ser capaz de defenderte de una amenaza aérea mientras que estás atacando un objetivo en tierra, que sería un poco el tipo de misión más compleja que podríamos llegar a realizar", explica el teniente Ferrández sobre el funcionamiento de los cazas.