El barrio de Coia amaneció este jueves con una desagradable sorpresa. Menos de dos semanas fueron necesarias para que el vandalismo se cebara con el tranvía instalado en la Praza do Emigrante, muy cerca de Praza América.
Independientemente del rigor histórico o no del vehículo -que no es igual a los que circularon por Vigo ya que todos se han podrido y desaparecido debido al abandono al que fueron sometidos-, el suceso no puede ser más que reprobado. Así lo hacían esta mañana los vecinos que se encontraban de bruces con el grafiti en el que se podía leer “Abel” y la firma de “patrón”, que bien pudiera ser el sobrenombre del delincuente. “No se dan cuenta que esto lo pagamos todos”, se quejaba un vecino que lamentaba la ocurrencia. “Estaba claro que esto iba a pasar, nos preguntábamos cuánto duraría”, añadía otro que se quejaba del incivismo de unos pocos.
Colectivos de artistas urbanos como el Proyecto EWA ha condenado también este ataque para denunciar que “acciones como estas nos entristecen muchísimo. Contra el vandalismo, siempre, educación en el cuidado y respeto de los espacios públicos”. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció esta mañana que la Policía Local ha abierto ya una investigación para poder dar con los autores y llevarlos ante los tribunales.
Sin embargo, poco ha durado la pintada que a última hora de la mañana era ya cosa del pasado. Pero, ¿cómo ha sido el proceso?
Los trabajadores de mantenimiento de Vitrasa -propietaria del vagón- comenzaron la limpieza sobre las 11:30 horas de la mañana. Para poder eliminarlo, la solución pasó por aplicar disolvente y un preparado comercial, denominado “Graffiti-Ex”, diseñado especialmente para eliminar estas pintadas en superficies lisas sin dañar la pintura base.
Sin embargo, aquellos trazos sobre la madera de las ventanas suponen un problema, ya que su superficie porosa absorbe la pintura y dificulta la eliminación del graffiti. La mayor parte de la pintada pudo ser eliminada con los preparados químicos, pero ahora el Concello deberá valorar si se aplica una nueva capa de pintura que elimine cualquier resto y restaure al completo el vagón. En este caso, el trabajo según los propios operarios de mantenimiento, se prolongaría durante varios días.